La corrupción es un organismo vivo. Y, como sucede en los ecosistemas naturales, todo está relacionado. Las sorpresas que comienza a desvelar el levantamiento del secreto de la pieza principal del «Caso Taula» son otra prueba de esta máxima. De nuevo un círculo concéntrico conecta dos casos de corrupción. Las diligencias de investigación que aún realiza la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dirán hasta dónde les llevan las piezas del puzzle que aún les quedan por encajar.

Los registros realizados a lo largo de la Operación Taula e incluidos en el sumario desvelan que el exyonki del dinero, Marcos Benavent, guardaba documentación de la empresa pública Imelsa en la casa de la madre de José Vicente Gómez Tejedor, el abogado de Augusto César Tauroni, el empresario condenado junto a Rafael Blasco por el desvío de las ayudas de cooperación.

Ambos protagonizaron una conversación, grabada con autorización judicial el 19 de septiembre de 2011, en la que amenazan verbalmente a una de las diputadas denunciantes del «Caso Blasco», Mireia Mollà, de Compromís.

En esta conversación, Tauroni aseguraba a Gómez Tejedor: «Y luego habrá que meditar qué hacemos con la Mireia, si la denunciamos o qué hacemos con ella». A lo que el abogado responde: «La violamos o cualquier barbaridad de ésta, ¿no?». A lo que el empresario le responde: «Sí, lo que sea, pero...», aunque es interrumpido por el letrado: "Más quisiera la pobre, en fin", mientras se despiden entre risas.

Guardada en un sótano

La relación entre Benavent y Gómez Tejedor no se concreta en el sumario del Caso Taula. Pero hasta Cofrentes tuvieron que desplazarse los agentes de la UCO el 1 de junio de 2015 para registrar la vivienda donde están empadronados los padres de Gómez-Tejedor, letrado de Valencia y director del despacho de abogados del mismo nombre. El letrado declinó presenciar la inspección de la vivienda cuando fue informado por la autoridad judicial. El registro fue realizado por cuatro agentes de la UCO, asistidos por el letrado de la administración de Justicia del Juzgado de Instrucción número 2 de Requena.

El registro sólo dio sus frutos al revisar el sótano de la casa. Allí encontraron los agentes, según el acta judicial, «varios blocs con anillas» con diversa documentación del año 2009 sobre Imelsa sobre «gastos de funcionamiento» de los meses de enero, febrero, marzo, abril, julio y octubre. También estaban allí depositados un «cuaderno de Imelsa con la reseña Instalaciones eléctricas Proackim SL y documentación en su interior», una funda transparente con documentación de «gastos de los servicios centrales». Y, el premiogordo, «una caja de disquetes con 33 discos».

La existencia de esta documentación de Imelsa en una vivienda de Cofrentes que no guardaba ninguna relación aparente ni con el Caso Taula ni con Marcos Benavent fue descubierta por los agentes de la UCO por el seguimiento a los familiares del exgerente de Imelsa, cuando éste se encontraba «desaparecido».

Un acta de la Guardia Civil fechada el 28 de mayo de 2015 (un día después de que Benavent reapareciera en el juzgado) registra el viaje de una persona cercana a Benavent hasta Cofrentes. Los agentes constatan que de esta vivienda extrae «distintas cajas, bolsas y carpetas portadocumentos» que traslada hasta Valencia, al despacho del abogado de Benavent, unos días antes de que éste realizara la primera entrega de documentación en el juzgado. Tras observar ambos movimientos, la Guardia Civil solicitó al Juzgado de Instrucción 18 el registro del despacho de abogados y la casa de Cofrentes.

Dinero disquetes y cintas detrás de los cuadros

El registro de la vivienda de Marcos Benavent en Benigànim, el 1 de junio de 2015, no deparó grandes sorpresas a los agentes de la Guardia Civil, a expensas de destripar la información contenida en el pendrive, los disquetes, varias cintas y un portátil localizado en su casa. Sólo resulta curioso el lugar escogido por el exyonki del dinero para guardar estos objetos: en la parte trasera de varios cuadros colgados en las paredes, donde también guardaba los billetes incautados por la Guardia Civil: unos 3.000 euros en billetes de 50 y 20. Y un último detalle: Benavent duerme en una habitación cerrada con llave.