Cataluña y la Comunitat Valenciana serán buenos vecinos a partir de ahora. Al menos en sus relaciones institucionales. Lo han decidido esta mañana los presidentes de los dos territorios, durante una gran cumbre político-empresarial en Valencia que llena a estas horas el Palau de la Generalitat de autoridades de una y otra ribera del río Sénia.

Los dos gobiernos mantendrán a partir de ahora encuentros periódicos, cada seis meses, según la propuesta que el jefe del Consell, Ximo Puig, ha lanzado a su homólogo catalán, Carles Puigdemont. El objetivo es mantener esas citas, pase lo que pase en Madrid y también Barcelona en los próximos tiempos. Se avance o no en la independencia de Cataluña, no dejará de ser el vecino del norte, ha dicho el president Puig, así que siempre se mantendrá "un relación estrecha" con quien es el mejor cliente comercial de la C. Valenciana. "En cualquier circunstancia", ha remarcado el jefe del Consell al ser preguntado sobre si una declaración unilateral soberanista de Cataluña tendría consecuencias sobre la normalización de las relaciones escenificada esta mañana. Con todo, Puig ha dejado claro que "a los valencianos nos gustaría que Cataluña forme parte de España".

El presidente valenciano y el catalán han calificado la jornada de "histórica" en reiteradas ocasiones. Nunca se había producido un encuentro institucional de este volumen desde la Transición.

El Corredor Mediterráneo es el eje de la "trobada" y los dos mandatarios han incidido en que se ha acabado el tiempo de las reivindicaciones y ha llegado el de la ejecución de los compromisos y las realidades. "Cualquier gobierno, sea del color que sea, ha de saber que tendrá el aliento detrás de los gobiernos de Cataluña y la C. Valenciana" para sacar adelante ya la conexión férrea con Europa.

No obstante, ambos presidentes han coincidido en que un ejecutivo del PP en la Moncloa es negativo para los intereses de sus territorios. "No se puede gobernar de espaldas al Mediterráneo ni puede haber economía próspera al margen de la mediterránea", ha dicho el presidente catalán.

Puigdemont ha asegurado que el único lobby en contra del Corredor es el "español" y ha subrayado que la economía catalana defiende a ultranza el proyecto. Lo ha dicho al ser preguntado por los supuestos intereses de un sector catalán en retrasar la infraestructura para favorecer al Puerto de Barcelona. Ha afirmado que desconocía la existencia de esos intereses.

La financiación ha sido otro de los ejes de la cumbre, al considerar Puigdemont que "castiga" al Mediterráneo.

Puigdemont ha dejado ya un mensaje de compartir el futuro común en la firma en el libro de honor. La herencia de un pasado, la persistencia de un presente y "el reto de un futuro que valencianos y catalanes tenemos el deseo de compartir" han sido los sentimientos que el presidente catalán ha reflejado de su puño y letra en el libro. Después, el líder catalán ha regalado a su homólogo un ejemplar de "1707-2014. La pervivència d'una nació" y ha recibido de este una carpeta con litografías y un ejemplar de la "Crònica de Jaume I".

Llegada en tren

Casi un centenar de miembros de la delegación de la Generalitat catalana ha llegado a Valencia en el Euromed de las 11.09 con motivo de la cumbre bilateral con el presidente Puig. El presidente, Carles Puigdemont, escoltado por la policia y guardaespaldas, ha subido al coche oficial y toda la delegacion se ha dirigido en autobús hacia el Palau de la Generalitat.

Allí han sido recibidos por Puig. El dirigente catalán ha firmado en el libro de honor de la Generalitat y posteriormente ha intercambiado regalos con su homólogo valenciano.