Decapitado. Así apareció el pasado viernes el bisonte europeo más grande de la Reserva de Valdeserrillas, en Benagéber. De los otros ocho ejemplares de la manada que habitan este espacio natural como parte de un programa para la recuperación de esta especie en peligro de extinción, tres permanecían desaparecidos ayer, y los otros cinco estaban desorientados y enfermos. Las primeras investigaciones del Seprona apuntan a que fueron envenenados, cosa que los propios furtivos habrían aprovechado para debilitarlos y después hacerse con la cabeza del líder de la manada como trofeo.

El lunes pasado, el director de la reserva, Carlos Álamo, que diariamente cuida de los bisontes, se percató de algunos cambios en su comportamiento. Según explica, «empezaron a deambular desperdigados, cuando habitualmente se mueven en manada». El martes apenas tocaron nada de los 100 kilos de comida diaria que les proporcionan. El punto culminante de sucesos extraordinarios llegó el viernes, cuando encontraron a «Sauron», el líder del grupo con más de 650 kilos de peso y 1,75 m de altura, muerto y decapitado.

«Estaba a unos 50 metros de la puerta de la reserva. Justo en el lugar donde suelen dormir», explica Álamo, que cree que los que lo han matado conocían perfectamente las rutinas de estos animales. Los agentes del Seprona mantienen abierta la investigación, que apunta a que los bisontes han sido envenenados. De hecho, en el cuerpo del animal muerto no hay ninguna herida de bala. Además, todo indica que «al menos habrían participado dos personas, ya que cortar la cabeza del bisonte y transportarla parece una labor un tanto difícil para un mismo individuo», añade Álamo. La sanción por matar a uno de estos animales puede ascender hasta los 600.000 euros, ya que se trata de una especie protegida en peligro de extinción.

Otros tres de los nueve miembros que componían la manada hasta el pasado viernes se encuentran en paradero desconocido. «Lo más probable es que hayan estado agonizando por el veneno y estén muertos en algún punto de la reserva», asegura indignado Álamo. A partir de hoy un grupo de voluntarios iniciará batidas en su búsqueda. Los cinco que quedan presentan diarrea y apenas comen. De hecho, acuden al lugar donde yace muerto Sauron, como si fueran a velar el cadáver. «El más pequeño de todos ha entrado en barrena, sigue buscando al que era su protector. Ahora mi único objetivo es salvar a los cinco que quedan para intentar seguir con el programa», advierte Álamo.

Programa de conservación

El 3 de junio de 2015, después de que desaparecieran hace 10.000 años de Los Serranos, la Reserva de Valdeserrillas, con 365 hectáreas de terreno, reintroducía el bisonte europeo (Bison bonasus) en la comarca. Se convertía en el único enclave mediterráneo en alojar en estado de semilibertad a un ejemplar de esta especie. El objetivo de este proyecto era su recuperación y posterior puesta en libertad. Ahora, tras la muerte del líder de la manada, todo el programa se encuentra en peligro.

Hasta el momento, en Valdeserrillas tan solo hay machos. A finales de este año estaba previsto que llegasen las primeras hembras. Sin embargo, la muerte de uno de los animales por culpa de la acción humana ha puesto en peligro que el proyecto siga adelante. Un programa similar ya se vino abajo en Asturias en 2013 cuando cuatro de los bisontes fueron envenenados.