«El desequilibrio de competencia y uso del valenciano entre la población escolar se tiene que corregir». Con estas palabras abrió en la tarde de ayer el director general de Política Educativa, Jaume Fullana, las IV Jornades d’Experiències plurilingües en la Facultat de Magisteri de la Universitat de València (UV). Aunque el número tres de Vicent Marzà no avanzó las líneas del nuevo decreto de enseñanza plurilingüe que presentará hoy el conseller, su diagnóstico de partida deja claro que Educación no apuesta por perpetuar el actual sistema de doble línea (valenciano-castellano) y aboga por recuperar el programa de inmersión lingüística finiquitado por el PP en su Decreto de Plurilingüismo de 2012 que derogará el tándem Compromís-PSPV. Tampoco está por la labor de mantener la exención de la lengua propia en las zonas castellanohablantes del sur de Alicante y del interior de Valencia y Castelló.

Fullana, un histórico de Escola Valenciana, subrayó que el modelo de doble línea «genera desigualdades». «Nos preocupa la diferenciación de los alumnos en función de los programas lingüísticos, así como la ausencia de un tratamiento integrado de las lenguas y los contenidos (TILC) en la enseñanza», añadió. Por ello insta a «superar toda esta situación» con la implantación de un «modelo educativo plurilingüe eficiente».

La conferencia inaugural de las jornadas organizadas por la Unitat d’Educació Multilingüe (UEM) de la UV corrió a cargo de otro miembro del equipo de Marzà, Tudi Torró, directora territorial de Educación en Alicante. Torró, un referente de la enseñanza en valenciano, en su ponencia Els reptes de l’Educació plurilingüe, reivindicó los programas de inmersión lingüística (PIL) en valenciano y de enseñanza en esta lengua (PEV) como «los únicos que garantizan el bilingüismo» que marca la Llei d’Ús i Ensenyament del Valencià (LUEV) vigente desde 1983. Además, insistió, en que el bilingüismo «es el puente real al plurilingüismo».

La inmersión lingüística, el modelo de enseñanza único que existe en Cataluña, arrancó en la Comunitat en 1985. Se desarrolló pensado en las zonas de fuerte predominio del castellano, como la ciudad de Valencia y su área metropolitana, y se basa en que los niños desarrollen todo el proceso de aprendizaje de la lectoescritura en valenciano, pues no se introducía la asignatura de Lengua castellana hasta 3º de Primaria. «Si la primera lengua del alumno es fuerte, el aprendizaje de la segunda lengua minorizada no supone ningún peligro para la primera», asegura Torró.

Con la inmersión, añadió, «se han conseguido tres objetivos básicos: el conocimiento y uso del valenciano en un alumnado que no la tiene como lengua propia; la puesta en valor y prestigio por parte del escolar valencianohablante; así como un bilingüismo efectivo».

Consentimiento de las familias

Según Torró, la inmersión «era la única capaz de normalizar lingüísticamente a todo el alumnado, hablara la lengua que hablara». Algo que, según sus palabras, se alcanzó gracias a cuatro pilares: «Formación del profesorado, bajar las ratios a 25 alumnos por clase, un maestro de apoyo cada dos aulas, así como el contar con la autorización y el apoyo de las familias».

Torró criticó que en los 20 años de gobierno del PP «que no cree en nuestra lengua, se paralizó la inmersión hasta hacerla desaparecer». Así, incidió, que«sólo tres de cada diez alumnos están escolarizados en programas de enseñanza en valenciano». «Estamos como estábamos hace 10 años y se ha consolidado una doble red donde en la concertada, a pesar de escolarizar al 33 % del alumnado, sólo el 7 % estudia en valenciano, apenas dos décimas más que en 2006».

El requisito lingüístico, que en 2017 se exigirá en Secundaria, es incuestionable para Torró. «Se tiene que exigir un profesorado capacitado en valenciano, que pueda dar clases en esta lengua, en la totalidad de centros docentes públicos y concertados».

También fue muy clara en su rechazo la exención del valenciano en las zonas castellanohablantes: «No se entiende que en un territorio con dos lenguas oficiales, en una zona el valenciano sea optativo y el inglés obligatorio».