El primer edil de Valencia, Joan Ribó, participó ayer en Zaragoza, junto a una veintena de alcaldes y representantes de otras administraciones, en la jornada «El tren que nos une: las ciudades unidas por el ferrocarril», un encuentro entre alcaldes y agentes sociales de las ciudades del eje ferroviario de la línea Valencia-Zaragoza. Todos ellos se citaron para sumar fuerzas e impulsar este corredor ferroviario.

Durante la intervención de Ribó, éste recordó que el que fue durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial «el tren de la libertad» es hoy «el tren del progreso», por lo que no hay motivos para que la Comisión Europea, a la que reclamó «sensibilidad», no se sume a este proyecto. Asimismo, Ribó manifestó que Valencia apoya «firmemente» esta línea internacional y que «no se resigna» ante la falta de inversiones en el Corredor Mediterráneo, la unión en tren con Alicante y el sur peninsular o en esta otra que les acerca a Aragón y Francia, infraestructura «sensata, viable y compatible» con los tramos ya existentes.

El consejero aragonés de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, resaltó la necesidad de entender la línea del Canfranc como una más amplía que nace en Valencia y por ello, insistió en que es necesaria la implicación de los gobiernos tanto español como francés a los que urgió a convocar una reunión cuatripartita antes del próximo 1 de enero para solicitar fondos comunitarios.

El primer teniente alcalde de Pau, Jean Paul Brin, destacó la coherencia geográfica, turística, educativa y ecológica de esta línea, mientras que la consejera de Asuntos Europeos de la región de Aquitania, Laurence Harribey, reafirmó la importancia de la Europa del sur y la unión de los corredores atlántico y mediterráneo.

Carta a favor de la línea

Además, más de una decena de alcaldes de varias localidades por las que discurre esta línea, firmaron una carta en la que ponen de manifiesto la «necesidad estratégica» de esta obra ferroviaria, que es «la mejor alternativa» para poder superar la barrera de los Pirineos. Del mismo modo, insisten en destacar, las oportunidades que se abrirían tanto en materia de logística como de creación de empleo estable y de calidad en otros sectores esenciales como son la industria, los servicios o la agroalimentación.