Hace ahora una década que varios diputados socialistas denunciaron las irregularidades que habían detectado en la empresa pública Construcciones Educativas (Ciegsa). Sus denuncias quedaron entonces como una especie de clamor en el desierto. Algunos titulares y poco más. Hoy, más de diez años después, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que investiga el caso Taula sostiene que el PP usó aquella firma dedicada a la construcción de colegios para la financiación ilegal del partido y el enriquecimiento de algunos de sus principales responsables de la época. El informe de la Guardia Civil apunta que se dirigían las adjudicaciones a determinadas empresas a las que luego solicitaban comisiones que rondaban el 3% del presupuesto de adjudicación.

Una de las diputadas que lideró aquella denuncia de irregularidades en Ciegsa fue Ana Noguera, a quien, en compañía de Andrés Perelló y de Isabel Escudero, incluso les vetaron la entrada en la sede de la firma, cuyos gestores alegaron entonces que se trataba de una empresa privada.

Diez años después, Noguera asegura que le queda la sensación del trabajo bien hecho. «Parece que el sistema es lento, pero funciona y nosotros nos hemos congraciado con el sistema. Tengo una sensación humilde, pero sincera, de que tenía razón», apunta.

Noguera rememora que los gestores de Ciegsa aseguraban reiteradamente que aquello era una empresa privada y que por tanto los socialistas no podían acceder a la documentación: «Psicológicamente fueron tiempos duros y además hicimos el trabajo con medios precarios; yo iba en mi coche a consultar con los secretarios de ayuntamientos allí donde se construían los colegios, porque la Generalitat del PP nunca nos dio información y cuando hacíamos estas denuncias parecía que estábamos locos, que exagerábamos, que íbamos contra el progreso de Valencia; ‘ustedes no quieren colegios’ nos decían continuamente y del PP sólo recibimos esos años burla y soberbia», remarca.

«El PP tenía entonces en las Corts una puesta en escena muy estudiada, parecía que daba igual lo que dijeras, ellos se burlaban y cuando en las Corts tocaba discutir de Ciegsa, ellos se dedicaban sólo a aplaudir a Camps y a recibirlo allí en las escaleras como el Rey Sol que era entonces, pero mira ha pasado como en las películas y no siempre ganan los malos», afirma la exdiputada socialista.

«El ambiente no era propicio»

«El PSPV me apoyó mucho en las investigaciones -relata Noguera- pero después ves que electoralmente esas denuncias no te acompañaban, aunque con el tiempo también observas que aquel ambiente social de hace diez años no era nada propicio para este tipo de denuncias. Creo que el imaginario colectivo necesitaba autoengañarse, había como una necesidad de autojustificarse, de que no podía ser que lo que nosotros denunciábamos pudiera estar pasando, aunque es verdad que entonces nadie podía imaginar lo que iba a salir después».

Ciegsa nació en el año 2000 impulsada por el entonces Consell de Eduardo Zaplana. Noguera cuenta que la primera vez que se presentó en la sede de la firma -registrada por la Guardia Civil a principios de año dentro de la operación Taula- le llamó la atención la frialdad con el que la recibió su primer gerente, Javier García Lliberós, pero también que la sede estuviera en la milla de oro de Valencia o que la recibieran azafatas con uniforme porque esa puesta en escena no casaba con una empresa pública.

La segunda vez que acudió fue tras solicitar infructuosamente documentación. «Nos presentamos en la sede y se montó el lío, dijeron que era un asalto y Barranca -entonces directivo de Ciegsa, después diputado provincial y ahora exafiliado del PP- se opuso en la puerta a dejarnos entrar, pero como era un escándalo acabaron por citarnos a mí y a Isabel Escudero para otro día».

Cuando ambas llegaron a consultar los expedientes tampoco pudieron hacerlo porque, según les dijeron, estaban en un almacén. «Todo eran pegas, me dieron una relación de facturas que no me dejaron fotocopiar, pero que copié a mano y saqué facturas y datos de hoteles, de restaurantes, que les ponía muy nerviosos», prosigue.

La investigación que no pudo ser

Y el 29 de abril de 2005 ardió una sede de la conselleria en Alaquàs que el PSPV no sabía ni que existía. «Dijeron que no se quemó nada relevante, pero Ciegsa ni reclamó el seguro por los daños, todo fue muy extraño, como después el robo en los despachos, en el que no saltó la alarma y sólo se llevaron papeles y ordenadores.

Los socialistas pidieron entonces una comisión de investigación en las Corts que la mayoría del PP tumbó y acuderon al Síndic de Comptes y al de Greuges, pero sin que el asunto estallara como ha ocurrido después. Esta semana las Corts han constituido la comisión de investigación de Ciegsa a la que ahora se ha sumado el PP.