El pleno del Senado rechazó ayer un nuevo intento del PSOE para eliminar la figura del aforado en un debate en que las alusiones a la senadora Rita Barberá, presente en la sala y que votó en contra junto con el PP, fueron continuas. Algunos senadores, incluso, exigieron su renuncia inmediata al escaño. Barberá, a la que el Supremo investigará por supuesto blanqueo de capitales, siguió la discusión, tal como hizo el día anterior desde la última fila del hemiciclo, en su segundo día en el pleno como nueva senadora del Grupo Mixto. No obstante, en varias ocasiones se sentó junto con sus antiguos compañeros de partido, aunque regresaba a su escaño 301 para votar.

Durante el debate, la mayoría de la oposición expresó su incomodidad por su presencia, que causa «recelo y desconfianza», según dijo el socialista Antonio Rodríguez Esquerdo, o contribuye a un «espectáculo» que se da desde el Senado en palabras de Carles Mulet (Compromis). «Ya que su partido no lo hace, le pido su dimisión inmediata», le reclamaron desde Esquerra Republicana. «Dé un paso atrás por su bien y de las instituciones», le espetó Mulet.

En las filas populares a las que ya no pertenece, Barberá encontró algo de consuelo: «Lo lamentamos mucho, pero a esta cacería que ustedes han organizado y algunos sumado entusíasticamente, no le vamos a acompañar», advirtió la senadora del PP Rosa Vindel, que cerró el debate con estas palabras y se ganó el aplauso de la bancada popular.

Por su parte, el presidente de las Corts Valencianes, Enric Morera, se reunirá el próximo martes, 4 de octubre, con el presidente del Senado, Pío García Escudero, para abordar la nueva situación en la Cámara Alta de la senadora Barberá. Morera trasladará a Escudero la petición de los grupos para que deje el escaño. Hoy se abordará la posible revocación en las Corts.