El soterramiento del AVE en Murcia, las estaciones de la Sagrera en Barcelona o la de diseño para el AVE en Vigo „ proyectada por el «Pritzker» Thom Mayne„ son algunos de los proyectos licitados en los dos últimos años por el Ministerio de Fomento, que, por otro lado, mantiene en el «olvido» infraestructuras básicas para el corredor Mediterráneo como la prolongación del túnel de Serrería y el túnel pasante del Parque Central de Valencia, que permitiría descongestionar el primero. Proyectos aparcados «sine die» por el Gobierno Central para sorpresa de las administraciones autonómica y municipal que en mayo pudieron ver a la entonces ministra Ana Pastor visitando el avance de las obras del túnel Atocha-Chamartín que lleva el AVE hacia el Cantábrico.
Pese a los recortes en inversiones estatales ciudades como Bilbao, Vigo, Barcelona y Madrid han continuado adelante con sus respectivos soterramientos, mientras en Valencia el ministerio lleva meses tramitando un nuevo proyecto que abarate las obras del Parque Central y cuya concreción no se verá formalmente al menos hasta final de año.
Hasta el presidente del gobierno murciano, el popular Pedro Antonio Sánchez, logró arrancar a principios de año 700 metros más de soterramiento del tren de alta velocidad a su llegada a la capital murciana, prevista para 2020. El nuevo acuerdo supone la desaparición de 1,5 kilómetros de vías en superficie (desde la Senda de los Garres hasta Santiago el Mayor) a los que se suman mil metros en rampa. Hasta ahora Fomento sólo tenía previsto acometer el soterramiento de 1.100 metros, pero tras el nuevo compromiso el tramo soterrado murciano se amplía hasta los 1.800 metros. Fomento intentó una solución provisional para la llegada del AVE como en Valencia, pero acabó dando marcha atrás.
Sí a Colau, no a Ribó
En septiembre de 2015 se licitó la Sagrera por 650 millones , la mayor infraestructura por volumen de inversión para los próximos años en Barcelona. Aunque el proyecto también sufrió un abaratamiento, el impulso se produjo tras una reunión de Ada Colau con Pastor casi en el mismo tiempo que lo hiciera Joan Ribó con la entonces ministra del ramo. El anuncio de que Barcelona sí iba a recibir inversiones provocó una enorme «decepción» en el Govern de la Nau. El último revés fue en junio pasado, con la nueva licitación, tras dos concursos desiertos, del proyecto definitivo de la estación de Vigo con dos propuestas. Una de 120.000 metros cuadrados y 126 millones de euros de inversión; y otra de 90.400 m2 y un presupuesto estimado de 69 millones. Valencia, mientras, espera.
