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En domingo

De las cartas de amor a los paquetes de venta por internet

Correos implanta nuevos dispositivos en Valencia y Alicante para la recepción de paquetería en gasolineras, fincas y supermercados, sin necesidad de horarios ni de estar en el domicilio - Dos de cada tres personas solo reciben al mes cartas de empresas - La Administración envía notificados mensuales a la mitad de la población

De las cartas de amor a los paquetes de venta por internet

Ya no es solo el coronel quien no tiene quien le escriba. Ni el coronel, ni el soldado, ni el carpintero, ni su madre, ni el vecino del cuarto. Hace décadas que las cartas personales, esas que antaño hacían que a la enamorada se le cortara la respiración al recibir noticias de su novio en el extranjero, o que una madre besara el sobre que guardaba las novedades que le contaba su hijo, pasaron a la historia. Los carteros ya no reparten cartas de amor. Ahora entregan paquetes de compras realizas por internet. Eso sí, sin olvidar el correo ordinario (y burocrático) -cartas y tarjetas postales de empresas y bancos, así como la publicidad y las notificaciones de la Administración- que sigue llenando los buzones. Parte de esta correspondencia, sin embargo, ni tan siquiera atraviesa la puerta de entrada al domicilio.

El correo ya no es lo que era, pero la revolución digital no ha acabado ni con los buzones ni con los carteros. Correos dispone en la Comunitat Valenciana con cerca de 3.000 buzones entre cilíndricos (1.300), murales (300) y de ayuda en ruta (1.400) y 4.400 empleados. Entre esta plantilla se encuentran José Antonio López y Mar Gabarda, dos carteros con miles de kilómetros realizados paso a paso, día a día, peldaño a peldaño, por sus zonas de reparto.

José Antonio López tiene 59 años y está a punto de jubilarse. Lleva en el oficio 26 años y asegura que las únicas cartas personales que reparte son o de presos que se comunican con sus familias o alguna tarjeta postal enviada en verano desde el destino elegido. En ambos casos, el reparto es esporádico. «Hasta las tarjetas de felicitación que se enviaban en Navidad han pasado a la historia», reconoce.

Uno más de la familia

Y aún así, aunque ya no entregue correo personal, aunque solo reparta facturas o notificaciones, los vecinos le reciben como si fuera uno más de la familia. «Los carteros conocemos bien nuestras zonas asignadas y a los vecinos, así que en la mayoría de casos nos tratan como a uno más de la familia», relata.

De hecho, como es más habitual recibir cartas que enviarlas, muchos usuarios no saben ni dónde están los buzones. «Hay veces que nos dan cartas para que las metamos nosotros en el buzón. Y lo hacemos sin problemas porque otra de las preguntas más frecuentes es ¿dónde hay un buzón? Hay otras veces que vemos a gente dando vueltas a los buzones verdes, que son para nuestro uso exclusivo y claro, no tienen rendija...», bromea uno de los carteros más veteranos de la plantilla.

Mar Gabarda tiene 47 años y entró en Correos con tan solo 20. Una opción de trabajo como otra cualquiera que supuso para ella, sin embargo, un antes y un después. «Vivía en Villar del Arzobispo y me vine a ser cartera a una ciudad como Valencia, donde no conocía ni una sola calle», explica. De sus primeros años recuerda leerle alguna carta personal a personas mayores. En la actualidad recalca que el reparto de paquetes de venta «online» se lleva la palma.

Los dos carteros se mantienen en plena forma porque «no hay nada más sano que andar», carecen de problemas de circulación y están encantados con su trabajo, sobre todo, por el «trato con la gente». Y aunque reconocen que las plantillas se han reducido de manera importante, aseguran que es un trabajo «muy gratificante».

Según el último informe de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) -órgano regulador postal-, dos de cada tres individuos recibe cada mes cartas de alguna empresa. Las notificaciones de la Administración llegan de forma mensual a la mitad de la población. Sin embargo, la correspondencia nacida en buzones solo representa el 5 % del total que se tramita.

Ahora bien, si se trata de analizar el reparto en paquetería las cifras reflejan que ocho de cada diez internautas que realizaron una compra por internet recibieron algún paquete. La tendencia mayoritaria en 2015 fue recibirlos en el domicilio (un 79%) y en el lugar de trabajo (14%). Además, la mayor parte de estos envíos de paquetes de particulares se hicieron desde Correos, seguidos por dos grandes empresas especializadas.

Las nuevas tecnologías no han matado al mensajero, pero han cambiado el mensaje. Así que Correos ya ha comenzado a implantar en Valencia y Alicante unos nuevos dispositivos denominados «CorreosPaq» que facilitan la recepción y envío de paquetes a los particulares y, con ello, se facilita la actividad de comercio electrónico. Se trata de una especie de buzones especiales para paquetería que permiten admisión y entrega con una total disponibilidad horaria.

Dispositivos especiales

Estos terminales automatizados se instalan en los portales de las comunidades de vecinos, en espacios públicos, empresas? y a través de ellos los ciudadanos pueden enviar y recibir paquetes sin tener que desplazarse hasta una oficina, sin necesidad de estar presentes en el domicilio, sin límites horarios y con disponibilidad las 24 horas del día, los siete días de la semana.

A través de una aplicación para dispositivos móviles u ordenador, cada vecino se da de alta como usuario y cada vez que requiera enviar o recibir un paquete recibe un código de barras que le permite acceder al «CorreosPaq» ubicado en su portal u otro que tenga cercano para recoger o realizar su envío.

Para la instalación del terminal «CorreosPaq» y su mantenimiento tan solo es necesario un espacio de medio metro cuadrado donde ubicar el dispositivo y acceso a la corriente eléctrica. Se puede solicitar la instalación de «CorreosPaq» mediante la web de Correos o el teléfono gratuito de atención al cliente. En estos momentos se está produciendo el primer despliegue en Valencia y Alicante donde ya hay instalados alrededor de 50 dispositivos repartidos entre comunidades de propietarios, gasolineras y algunos supermercados Consum.

Una oficina para el cliente

Además, Correos está inmerso en el proceso de transformación de 12 oficinas de la Comunitat Valenciana que tiene por objeto «poner al cliente en el centro de la acción». De esta forma, y mediante una serie de expositores en la zona para el cliente (que se amplía) el usuario tiene -además del servicio de envío y recogida- un régimen de autoservio y tarifa plana para el servicio de paquetería; de envío y recepción de dinero con cobertura estatal e internacional y productos telegráficos (burofax y telegramas); adquisición y recarga de tarjetas telefónicas así como un sistema para la contratación de servicios y telecomunicaciones o para pagar la factura de la luz, el agua o el gas. Hasta las multas de la Dirección General de Tráfico se podrán pagar en Correos. En las nuevas oficinas también está previsto «El rincón del coleccionista», donde se pueden adquirir los libros de Filatelia, las últimas emisiones de sellos y un vistoso muestrario de «merchandising» postal.

Correos está celebrando, además, su 300 aniversario con una exposición en la sede de la plaza del Ayuntamiento. Desde su nacimiento en 1716 como servicio administrado por la Corona hasta el nombramiento de los primeros carteros urbanos en 1756, la aparición del sello (1850) o la dotación de PDA a todos los carteros para recibir paquetes en casa.

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