Hasta el año 1762 no existían buzones en España. Las cartas se entregaban en mano al encargado del correo, pero ese año una disposición oficial estableció abrir «agujero o reja en todas las hijuelas o veredas por donde se echen las cartas sin que se puedan recibir en mano». Han pasado 254 años desde entonces y en la Comunitat Valenciana existen, en la actualidad, cerca de 3.000 buzones. De éstos más de 1.300 son cilíndricos de admisión (los amarillos), 300 murales y 1.400 verdes, de ayuda en ruta. Desde Correos aseguran que la cifra de buzones no ha variado en los últimos años ya que solo se han retirado los «poco usados o los que han sufrido reiterados actos vandálicos». Es más, Correos invirtió en 2015 más de 115.000 euros en gastos de mantenimiento y reparación. En cuanto a buzones singulares, destacan los leones de la sede principal de Valencia que han sido, incluso, motivo de inspiración literaria. En las viviendas, buzones hay de lo más variados, ya que en la actualidad no se conciben una casa sin ellos. Aunque solo sea para recibir la propaganda del comercio de al lado. m. ros valencia
