¿Fue un alivio no participar en el comité federal del sábado?

Totalmente un alivio. La situación me recordó a la que yo viví en 1999 y parecía difícil superarla.

¿Qué hubiera apoyado, gestora o la tesis de Pedro Sánchez?

Gestora, sin duda. Creo que había que poner fin a la situación que vivía el partido por la incapacidad del líder, Pedro Sánchez, de generar confianza. En un partido con muchas opiniones y criterios es necesario ahormar, hablar, persuadir, convencer? en la última etapa me ha decepcionado. Le voté en las primarias, era aire fresco, pero ha tenido que afrontar una situación muy difícil y ha pecado de cesarista. Creo que cuando los 17 miembros de la ejecutiva le presentan la dimisión lo hacen por el bien del partido, para evitar el enfrentamiento que finalmente se produjo y actuaron con responsabilidad porque estaba aceptado en el partido que si dimitían más de la mitad tenía que irse. Creo que no debió llevar al PSOE a lo que ocurrió el sábado.

¿Sale maltrecho el presidente Puig de este comité federal?

No. No creo que su imagen salga deteriorada. Él estaba muy decepcionado porque Sánchez no tuvo el criterio adecuado para aceptar la Entesa valenciana al Senado, que está muy vinculada al federalismo que nosotros defendemos. Puig ha sido prudente y sensato y lo que hizo fue para evitar el conflicto en el partido.

¿Hay que abrir el debate sobre si el PSOE se abstiene a Rajoy?

Eso es evidente. Hemos asistido a un falso dilema. Parecía que el que no apoyaba a Sánchez era un traidor y eso lo ha instalado el propio Sánchez, que debió promover en junio un proceso tranquilo y sereno. Dejar gobernar al PP con 170 diputados es dejar funcionar a la democracia. Sé que es difícil, pero debería de haberse hecho antes. El pacto de izquierdas fue posible en marzo, pero ahora ya no lo era y hay que hablar claro a la gente. Tampoco creo que el Botànic se resienta. Puig se ha cuidado de preservar eso. Personalmente si pasara, Podemos me decepcionaría.