¿Se acerca Ciudadanos al PP? Hasta usted llama ya «titánic» al pacto del Botànic, como el PP.
No. Es una expresión o un chascarrillo que se utiliza mucho en los plenos, como los 1.300 millones ficticis. Pero no, no. El PP sigue metido en una agenda judicial tremenda, cada día salen casos de corrupción. El PP tiene un proyecto político en la Comunitat Valenciana que no es coincidente con el de Ciudadanos. En alguna cuestión podemos coincidir, pero también con Compromís o el PSPV. Bonig encarna la derecha y ella está a gusto así. Nosotros somos progresistas y liberales y poco intervencionistas en lo económico.
¿Pero se ven obligados a hacer equilibrios a diario para marcar su espacio frente al PP?
A mí eso no me cuesta nada. Al principio de la legislatura me decían que era más duro con el PP que con el Consell de izquierdas y yo decía que el gobierno acababa de aterrizar. Aquí ha habido mucha corrupción, desorden y falta de gestión durante 20 años, muy acentuada en los últimos cinco o seis años. Yo creo que el campsismo es lo peor que le ha pasado a la Comunitat Valenciana. Es una vergüenza ver las fotos de la época de Camps que hoy parecen una rueda de reconocimiento policial. Una imagen pestilente, la verdad.
¿Ustedes tuvieron un acuerdo con el PP para bloquear la puesta en marcha de la televisión?
Eso es incierto. Llovió mucho. Pero nosotros tenemos claro lo que queremos de la tele, que no se parezca a la del PP de Camps y que no sea elefantiásica. A nosotros nos interesa lo que pasa en Guardamar, Vila-real o Benicalap. Lo que pasa es que el Consell dijo que iba a abrir el Nou d'Octubre, pero no dijo de qué año, y también es verdad que el PP ha ido con el freno de mano y ha demostrado que no quiere RTVV. Pero también el veto que impuso Podemos al candidato del PP era injusto. Ciudadanos ha sido un buen árbitro.
En Galicia y País Vasco se quedaron fuera del Parlamento. ¿Hicieron alguna lectura valenciana de esos resultados?
No. Los objetivos que nos marcamos no se han cumplido. Habrá que analizarlo para ver los errores.
El PP dice que el voto a Ciudadanos es prestado y volverá?
Como muchos de ellos se acostumbraron a robar se creen que son propietarios del voto. El voto de Ciudadanos no es de nadie, es de la persona que vota. Si hay alguien que cree que le roban el voto es porque ejerce una autoridad sobre el ciudadano que no le corresponde. Me niego a pensar que nuestro voto es del PP porque mucha gente de un perfil más progresista nos ha votado e incluso muchos que al principio votaron a Podemos, también porque aquí han encontrado más coherencia. El PP tiene una forma de entender la democracia que a mí no me gusta.
¿Cómo ve la crisis del PSOE?
Preocupante, porque se traslada a la Comunitat Valenciana y Podemos queda en una situación difícil porque hay lobbys de poder y los cimientos del Botànic, estoy convencido, ya están temblando. Hay gente en Podemos que está por la labor de dejar caer el Consell y dejar de abrazar al PSPV, que aquí está dividido. Al inicio de legislatura ya dijimos a Puig que tuviera cuidado con quien se juntaba, porque Compromís es una amalgama de partidos, donde cada uno piensa de una manera.
¿Si hubiera una crisis de gobierno con Podemos, brindaría Ciudadanos su apoyo al PSPV?
Ya tendimos la mano. Pusimos unas premisas básicas que Puig hubiera compartido seguro, pero prefirió cogerse de la mano de Compromís. Nosotros no podríamos abrazar un acuerdo para mantener a Puig si estuviera Compromís y sus posiciones radicales.
¿Y por qué vetan a Compromís? ¿La nueva política no era diálogo y acuerdos con todos?
Compromís es un partido abiertamente nacionalista y en sus filas tiene independentistas como el conseller Vicent Marzà; eso es incompatible con Ciudadanos, que nace como un partido antinacionalista. Otra cosa es lo que ha ocurrido este año, donde en temas de regeneración democrática, de medio ambiente o en la parte social no ha habido inconveniente en apostar de forma conjunta. Pero con el nacionalismo, no.
