Dieciséis detenidos en casi cinco años, diez de ellos sólo durante 2016, sitúan a la Comunitat Valenciana en el mapa de la lucha policial contra el yihadismo y sus redes en España y confirman la lenta e incesante expansión de los tentáculos de la versión más radical del islamismo. Esas cifras elevan a Alicante a la tercera posición en el ránking español de número de detenidos este año, con seis, y colocan a Valencia en el cuarto lugar, que comparte con Barcelona, al contabilizar cuatro arrestos, registrados en el cap i casal y en Ontinyent.

Pero la importancia de la Comunitat Valenciana en el mapa del radicalismo islámico en España no se queda en el número de operaciones policiales desarrolladas a partes iguales por la Guardia Civil y la Policía Nacional -cinco operaciones este año y doce desde enero de 2012, según datos del Ministerio del Interior-. Las investigaciones policiales han destapado en territorio valenciano dos de las principales redes de financiación yihadista en Europa, radicadas ambas en Valencia y, sobre todo, en Alicante.

De hecho, la mayor parte de los arrestos de presuntos acólitos del Estado Islámico llevados a cabo este año -siete de los diez- lo fueron en el marco de una operación que la Brigada central de Información de la Policía Nacional desarrolló en Crevillent, Alicante, Alcoi, l´Alqueria d´Ansar, Ontinyent y Valencia y que sirvió para desmantelar un entramado supuestamente liderado por un empresario de origen marroquí que, según los investigadores, utilizaba un negocio millonario de exportación de ropa usada para financiar la Yihad en Siria e Irak. La operación se desarrolló en febrero de este año y vino a confirmar que la Comunitat Valenciana no sólo era tierra de captación y radicalización de futuros miembros del EI, sino también un lugar desde el que captar dinero para pagar la carísima guerra en Oriente Medio.

De hecho, en aquel momento, la Guardia Civil ya tenía acorralado a otro ciudadano marroquí, que se movía a caballo entre Alicante y Málaga, y al que acusan de ser uno de los puntales de la financiación del Estado Islámico pero a través de otro negocio: el del tráfico de hachís a una escala pocas veces vista antes de ese golpe policial, llevado a cabo hace apenas unas semanas.

172 operaciones desde el 11-M

La cifra de operaciones policiales y detenidos contra el yihadismo fueron hechas públicas ayer por el Ministerio del Interior: desde los atentados del 11-M, en marzo de 2004, España ha realizado 172 operaciones policiales contra el terrorismo de corte islamista y ha puesto entre rejas a 650 personas. A esas cifras se le suman otros 63 arrestos llevados a cabo en otros países pero en los que han colaborado la Guardia Civil y la Policía Nacional, así como los servicios de inteligencia españoles.

El año en el que más detenciones se produjeron fue 2004, el de los atentados de Madrid: 131 arrestados en sólo nueve investigaciones policiales. Le siguieron otros 92 arrestados más al año siguiente. Las cifras fueron cayendo en los años siguientes -llegó a haber sólo ocho arrestados en 2012, el primer año de Gobierno popular con Mariano Rajoy al frente-, hasta remontar en 2015, con 75 detenciones y 36 operaciones antiyihadistas. Fue precisamente el año en que el terrorismo radical islámico recrudeció su particular cruzada contra Occidente, con los atentados en París contra la revista Charlie Hebdo, en enero, y la sala Bataclan, en noviembre.