Si está harta de algo es de tener que explicar, por activa y por pasiva, que la suya es una decisión personal y que lleva velo «porque soy musulmana, porque me identifica y porque me gusta». De hecho, su madre, Zara, intentó que la joven retrasara unos años más su decisión. Como cualquier madre sufre por su hija. Le da miedo que su vestimenta la saque a la palestra en un mundo donde ver a las mujeres musulmanas con la cabeza cubierta sigue llamando la atención. Sobre todo en las niñas.

Sin embargo, Anfal Mallik tiene las cosas muy claras a los 12 años. No es de extrañar. También posee una mente privilegiada „acabó la enseñanza primaria con matrícula de honor„ y unas habilidades para el baloncesto que no pasan desapercibidas. Una joven de 10 que ahora, además, ha sembrado precedente en el mundo del deporte valenciano.

La menor jugó hasta el año pasado en el equipo de baloncesto de su pueblo, Alginet. Sin embargo, fueron a buscarla desde el municipio vecino. El CB Marcelina Benifaió quería montar un equipo femenino y sabía que Anfal tenía cualidades de sobra. La joven aceptó encantada, pero le comunicó al club que quería jugar con velo. Empezaba un nuevo ciclo en su vida y tenía claro cómo lo iba a hacer. «Este año empezaba el instituto y no me apetecía que me conocieran de una forma y a mitad de curso, o al año siguiente, aparecer con el velo. Medité mucho mi decisión y quería empezar una nueva fase de mi vida como mejor me siento», explica la joven.

Los dos meses de verano los pasó con su familia en Argelia, país de origen de sus padres. Antes de salir al aeropuerto de Manises, cogió un velo de su madre y se lo puso. Ya no había vuelta atrás. En Argelia disfrutó de lo lindo. «¡Me compré 15 pañuelos! Allí hay mucha variedad. También me compré unos 6 para hacer deporte. Son distintos porque son una única pieza que va completamente pegada y se mete por la cabeza», explica mientras muestra un cajón repleto con su complemento favorito.

Mientras la joven Anfal y su familia disfrutaban del verano en Argelia, la Generalitat Valenciana y la Federación de Baloncesto debatían su caso. ¿Qué hacer? El CB Marcelina Benifaió pidió asesoramiento a la Federación de Baloncesto que, a su vez, hizo lo propio con la dirección general del Deporte „ya que la menor participará en los denominados Jocs Esportius de la Comunitat Valenciana„ que, a su vez, elevó la consulta a la Conselleria de Igualdad. La duda residía en si permitir o no a la joven jugar con el velo, habida cuenta de que la normativa de la Federación de Baloncesto impide practicar deporte «con símbolos religiosos». Fuentes de la Federación aseguran que esa prohibición hace referencia a jugar con «medallas o cadenas» porque «puede ser peligroso». Sin embargo, nada se dice de pañuelo, velo o «hiyab».

Finalmente, la Conselleria de Igualdad realizó un escrito para explicar que «consideramos que la prohibición del uso del ´hiyab´ vulnera los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas que decidan utilizarlo. Además, una eventual prohibición en ámbitos de socialización, aprendizaje y empoderamiento como son el escolar y el deportivo no solo vulnera los derechos fundamentales sino que contribuye al aislamiento social de las mujeres musulmanas que llevan ´hiyab´».

Sin riesgo para las jugadoras

Resuelta la duda existencial faltaba comprobar, pues, que el atuendo con el que quería jugar Anfal no escondía ningún peligro para los lances propios del juego. «La niña nos mostró el velo y el resto de prendas para cubrir brazos y piernas y como no hay ningún peligro, ni para ella ni para el resto de jugadoras así está entrenando y así compite nuestra jugadora», afirma la presidenta del CB Marcelina Benifaió, Loles Cifuentes.

La joven Anfal ya está entrenando y compitiendo. Dicen que es «muy buena». Ella sonríe. Su madre, Zara, su padre, Mohamed, y sus hermanos Djihad y Youcer, de 10 y 2 años, están orgullosos de ella. Anfal significa «regalito» y eso ha hecho ella. Regalarle a las niñas musulmanas la posibilidad de hacer deporte con el velo.

«Ahora ya se sabe que podemos hacer deporte con el velo»

«Tal vez mi ejemplo sirva para otras niñas, porque hay quien no se pone el velo porque quiere practicar deporte y hay quien se lo pone y deja de jugar porque piensa que así no se puede», explica la joven. El baloncesto es, además, su pasión. «Empecé a jugar hace 4 años y me encanta. Juego de base y estoy feliz en mi club, con mis compañeras y con mi entrenador, Héctor», afirma. Ahora bien, asegura que si no le hubieran permitido llevar el velo, lo habría dejado.