La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático ha sancionado con 3.001 euros a un vecino que trasladaba 2.800 ejemplares de almeja asiática en un cubo desde el Rec del Tonyiner a un ullal de Albalat de la Ribera.

La almeja asiática es una especie exótica e invasora, detectada hace apenas unos años en la cuenca del río Júcar, desde donde se extiende de forma imparable a los espacios acuáticos conectados a este río como la Albufera. La legislación sanciona cualquier acción que pueda favorecer la expansión de estas especies, que compiten en alimento y territorio con las autóctonas.

La persona sancionada, Pascual R. Capellino aseguró ayer que en ningún momento fue abordado o «sorprendido» por los agentes medioambientales, sino que fue él quien se acercó a ellos para enseñarles «lo que creía que eran clóchinas de río o ´petxinots´».

El sancionado, que ha presentado, sin éxito, un recurso contra la decisión de la Conselleria de Medio Ambiente, se cree un «cabeza de turco» en este asunto y desmiente la versión de los agentes que ha dado origen a la sanción.

«Nunca había oído hablar de estas clóchinas, y no sabía qué eran. Por eso me dirigí a los agentes a enseñarles lo que llevaba en el cubo y además me brindé a acompañarles al lugar donde las había encontrado», aseguró.

En las acequias del Rec del Tonyiner, el lugar señalado por Pascual, una brigada especializada en la lucha contra especies exóticas ha retirado más de 600.000 ejemplares de almeja asiática.

«Yo creo que ni los agentes sabían que era una especie exótica y se las llevaron a la granja del Saler para ver qué eran, pero me trataron como un delincuente», asegura. Unos meses después le llegó la propuesta de sanción con 3.001 euros por «transporte de especies exóticas e invasoras».

«Esa multa son tres meses de mi trabajo, ya que soy un agricultor autónomo», explicó con amargura. Pascual R. asegura que frecuenta esa zona con sus sobrinos, a los que gusta enseñarles la «fauna que hay en el parque natural» y afirma que es «un poco ecologista» y ha sido socio de Acció Ecologista-Agró.

«Creía que eran ´petxinots´ y quise que estuvieran en un sitio donde no los mataran cuando limpian las acequias con excavadoras, por eso los llevaba al ullal. Cuando vi a los agentes fui yo a donde estaban para decírselo», insiste. Según explicó, «cualquiera que quiera esconder algo no sale un domingo por la mañana con dos chiquillos y se va de cara a los agentes».

Recurso fallido

Un hermano de Pascual, autor de los recursos presentados contra la sanción, recuerda que no hay ni un solo cartel en el Parque Natural de la Albufera que advierta sobre las especies exóticas que pueden aparecer o cómo actuar frente a ellas. «Ni los agentes sabían de qué se trataba, todos los argumentos han sido rechazados por la Generalitat», explica el hermano del sancionado. Y añade que no tiene constancia de que la conselleria haya sancionado «ni a una sola» de las cientos de personas que en el parque natural capturan y trasladan ejemplares de cangrejo rojo americano, tan exótico, según la legislación vigente, como las almejas que trasladaba su hermano.