Hacía meses que la Diputación de Valencia no vivía un pleno tan largo y tedioso como el de ayer. Entre los puntos del día se encontraba el polémico cierre del servicio de Árboles Monumentales, que el PP quiere reabrir después de que la cogerente de Divalterra, Agustina Brines, lo clausurara de manera repentina hace unas semanas.

Casi una hora de debate después, el equipo de gobierno (Compromís, PSOE, EUPV y València en Comú) votó en contra de esta reapertura. Defendió esta posición el diputado de Compromís Josep Vicent Bort, algo que recriminaron en la oposición, que esperaba que fuera el propio presidente de la corporación, Jorge Rodríguez, quien lo hiciera. Bort, por su parte, se encargó vehementemente de esta defensa, llegando a decir que uno de los proyectos reina de este departamento, el de los cipreses ignífugos, podría ser candidato a los Ig Nobel, los antipremios.

El diputado calificó en reiteradas ocasiones como «pseudocientífico» este programa europeo, y justificó la desaparición del servicio por la «falta de encomiendas» al mismo. El diputado popular Rafael Soler criticó la «opacidad» con la que la gerente de Divalterra tomó la decisión.

«Como empresa pública instrumental, hacía años que no recibía ningún encargo de la diputación», explicó. La oposición y también la diputada Rosa Pérez, de EUPV, pidió que se diera cuenta de esta decisión en el consejo de administración de Divalterra. Pérez también refrendó la idea de que el servicio lleva años sin recibir directrices de la corporación.