El Pacte del Botànic mantiene los signos vitales a pesar de las turbulencias. Los tres socios (PSPV, Compromís y Podemos) aprobaron ayer la renovación del acuerdo que sostiene el Consell bipartito. La firma del documento con 220 medidas se produjo 48 horas después de que el comité federal del PSOE aprobara abstenerse en la inminente investidura de Mariano Rajoy, decisión que contó con el apoyo del presidente de la Generalitat y líder del PSPV, Ximo Puig. El contexto estatal adquiere ahora mayor relevancia: si bien todas las partes dan por estable el pacto, las críticas a la posición de los socialistas estuvieron ayer muy presentes en Compromís y, sobre todo, Podemos.

«El acuerdo era prisionero hasta ahora de Montoro y Rajoy. Ahora también lo será del PSOE», manifestó a Levante-EMV la diputada del partido morado Àngela Ballester.

La dirigente podemista incidió en que renuevan el Botànic por «responsabilidad» después de veinte años de ejecutivos del PP: «No vamos a permitir que gobierne el PP por activa ni por pasiva. Nos gustaría lo mismo en el PSPV».

Podemos asume el papel de vigilante en la renovación del pacto firmado hace 16 meses, el cual considera que no está en peligro. «Si alguien ha amenazado las políticas que derivan del acuerdo no somos nosotros, sino Puig», señaló Ballester.

Las medidas no han sido dadas a conocer porque falta una redacción final. La relevancia de la situación estatal se observa también en la inclusión de un anexo con reivindicaciones dirigidas al Gobierno central en materia de financiación autonómica, inversiones o derechos. Estaba previsto antes de la posición del PSOE en el comité federal, según los representantes de los tres grupos. Puig ofreció el lunes trasladar a Madrid contenidos del Botànic con carácter estatal.

Compromís evitó los roces ayer en la mesa del acuerdo. Àgueda Micó lo calificó de «muy sólido». Demuestra «cómo un gobierno de cambio, de coalición, es estable». Para Compromís, el pacto está «por encima de cualquier votación que pase» en el Estado, agregó.

Sin embargo, la líder de la coalición, Mónica Oltra, el diputado Joan Baldoví y el senador Carles Mulet aportaron ayer visiones menos positivas de la decisión adoptada por el PSOE. Oltra sostiene que la abstención socialista a Rajoy afecta a la Comunitat Valenciana porque supone «un gobierno muy hostil» al Consell y «en ese pecado de la abstención se lleva la penitencia», señaló. Respecto al Botànic, dijo: «Esto es como cuando uno pacta, en la salud y en la enfermedad. Pues ahora vamos a pasar la enfermedad».

Tampoco ve en riesgo el pacto el portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, quien, no obstante, asegura que Ximo Puig debió haber mantenido un papel «más discreto» en el debate interno socialista.

Por su parte, el senador de Compromís Carles Mulet pidió a los socialistas una reflexión por el «daño» de su abstención, aunque romper el pacto no es viable porque llevaría a la inestabilidad.

«El postureo de Podemos»

Mientras, el portavoz socialista en las Corts, Manuel Mata, afirmó ayer que existe en Podemos «un cierto postureo» para intentar «arrogarse las posiciones de izquierda», pero se mostró convencido de que la formación que lidera Antonio Montiel acompañará al Consell en las leyes y decisiones que adopte.