Al margen de entrar de lleno en el uso de las marcas turísticas, el nuevo anteproyecto de ley de turismo, ocio y hospitalidad de la Comunitat Valenciana actualiza y amplía los supuestos de sanciones a los operadores turísticos. En este punto, se incluyen medidas para disuadir de la proliferación de viviendas turísticas ilegales, uno de los grandes problemas del sector en estos momentos.
Así, será una infracción muy grave «el incumplimiento de la obligación de dar publicidad en la comercialización [a través de internet] del número de inscripción en el Registro de Turismo de la C. Valenciana, siendo responsables solidarios los titulares de los canales de publicidad o comercialización que los incluya en sus medios».
Es decir, que se exponen a multas tanto los propietarios que incumplan con el preceptivo registro, como las páginas web que comercialicen esas viviendas turísticas piratas. En estos casos, la sanción puede alcanzar los 100.000 euros y la clausura del establecimiento.
A final de año la Agencia Valenciano de Turismo resolverá los expedientes abiertos a estas páginas web que aún no han regularizado su oferta. Han llegado a acuerdos con varios, aunque otros van lentos, explica Colomer. Se han comprometido a limpiar sus comunidades de oferta pirata y a difundir la normativa en sus portales. A final de año verificarán si han cumplido ese compromiso.
Multas a los no hospitalarios
Por otro lado, también aparece como infracción muy grave, con esa misma sanción de 100.000 euros, «cualquier acción que intencionadamente denigre las costumbres, tradiciones, creencias o indumentaria de una usuaria o usuario turístico y no constituya una infracción penal».
Este supuesto llena de contenido el cambio filosófico que Francesc Colomer quiere dar al turismo, convirtiendo la Comunitat Valenciana en un espacio acogedor para discapacitados, colectivos gay, etcétera.