La actividad política en las Corts se le ha ido de las manos al tripartito. La mirada al pasado para revisar la gestión popular ha acabado por colapsar la vida diaria de la Cámara hasta el punto de que faltan manos para todo: para hacer fotocopias, transcribir las sesiones o velar por la legalidad. Tal colapso ha obligado al presidente de las Corts, Enric Morera, a pisar el freno y poner coto al trabajo de diputados y diputadas. Así, ha dirigido un escrito a los síndics en el que, por primera vez, implanta un horario reglado a sus señorías para aquellas reuniones que arrastren a personal de las Corts: comisiones, subcomisiones o ponencias. En la misiva se recuerda que el horario de funcionamiento de las Corts, el que tiene la plantilla, es de 8.30 a 15 horas y de 16.30 a 19.30 y pide a los diputados que se ciñan a ese horario.

Morera argumenta que la actividad se ha intensificado de manera significativa, mientras la plantilla ha perdido efectivos. Hay 35 comisiones o subcomisiones en marcha, de las que 16 son de investigación o de estudio, en su mayoría, sobre la gestión popular: las residencias, las ferias o Ciegsa. La intención de las Corts es abrir varios concursos oposición y ampliar la plantilla.

El presidente de las Corts recuerda que el funcionamiento de los órganos de la Cámara necesita la asistencia de un número importante de personal al margen de los cargos públicos: letrados, técnicos o ujieres. Y subraya que el horario del personal «podría quedar siempre alterado por los horarios excepcionales». Si el personal se excede en su horario tiene derecho a cobrar horas extra, algo que las Corts desea evitar.

De ahí que salvo excepciones quiere que las reuniones terminen a las siete y media. La frenética actividad de unas Corts con cinco grupos ha tenido también su repercusión en los diarios de sesiones en los que se recogen todas las intervenciones. El personal que las transcribe no da abasto y existe un retraso considerable. Hay diputados que no han podido encontrar la transcripción de sus palabras de un debate de hace más de siete meses. Morera admite que «resulta imposible acelerar el ritmo de las publicaciones atendiendo a las peticiones que realizan los miembros de la Cámara».

El trabajo se ha multiplicado por cinco, según Morera, que ha optado por una solución desesperada e inédita en la historia: la externalización del servicio. Así, la Mesa de las Corts ha convocado un concurso para privatizar durante cuatro años la transcripción de los diarios. Gastará para ello 166.314 euros en lo queda de legislatura.

Los problemas de falta de personal en las Corts se han agravado en los últimos meses. La plantilla está compuesta por 150 personas, muchas de ellas interinas, pero se han jubilado dos personas en el departamento de nóminas. U interventor está en comisión de servicios en una conselleria y uno de los letrados „Enrique Soriano„ acaba de coger excedencia para dirigir el consejo rector de RTVV. El concurso para cubrir otras dos plazas de letrado está convocado desde principios de año. En los últimos años, según precisa Morera en su escrito, ha habido numerosas bajas por jubilación.

Poner, como quería Podemos, las Corts como centro de la actividad política ha provocado problemas para los diputados que están adscritos a varias comisiones. En privado, admiten que no llegan a todas. Incluso se ha llegado a pedir como favor al PP el aplazamiento de algunas comisiones.

Así ha ocurrido con la de Feria Valencia que, a petición del tripartito, se ha aplazado para el nuevo año. Aunque existe una mayoría de izquierdas, los grupos que apoyan al Consell son más limitados en número. El PSPV tiene 23 escaños, Compromís 19 y Podemos 12, mientras PP y C's tienen 30 y 13 respectivamente. Pero sólo unos pocos diputados de cada grupo llevan el peso.