El debate sobre el exceso de deberes es casi centenario. Ya en los felices 20, colectivos de médicos de EE UU pusieron el grito en el cielo por el impacto de las tareas en la salud. Lo hacían con el argumento de que los niños necesitan entre seis y siete horas al día de aire fresco y sol.

Franco los prohibió en 1957

En Francia están prohibidos por ley desde 1956, pero nadie lo respeta. Incluso en España, generaciones de escolares se han dejado los codos haciendo deberes sin saber que Franco también los abolió. «Queda prohibido encomendar a los alumnos trabajos para ejecutar fuera del centro», fijaba el decreto de Bachillerato de mayo de 1957. En Primaria, en 1964, dictó una resolución que admitía que los deberes «constituyen una sobrecarga para los alumnos, quienes a veces se ven obligados a emplear en su realización el tiempo que habrían de dedicar al juego, a la convivencia familiar e incluso al descanso». En consecuencia, ordenó: «las tareas para realizar fuera de clase serán suprimidas totalmente o reducidas al mínimo indispensable» en los tres primeros cursos (6 a 9 años).