La necesidad de potenciar los clusters desde el punto de vista de la innovación, las economías a escala y la cooperación; y la exigencia de reclamar más financiación e inversiones en las infraestructuras de transporte para la Comunitat Valenciana, son las dos conclusiones estratégicas que ha arrojado el Primer Workshop de la Economía Valenciana, que concluyó ayer en la Universitat Politècnica de València.

Según Elies Seguí, coordinador del foro e investigador del Centro de Investigación en Gestión de Empresas de la UPV, las jornadas han incluido dos ponencias estratégicas. La primera, referida a los clusters y distritos industriales, aboga por nuevas recetas innovadoras que logren instaurar «un nuevo modelo económico, responsable y competitivo».

Un segundo bloque de conclusiones muy importante tiene que ver con los transportes. Los representantes de la patronal, los políticos y los especialistas universitarios coincidieron en afimar que la Comunitat Valenciana «se ha visto discriminada en los últimos años por el Gobierno central», señala Elies Seguí, que ha priorizado inversiones entre Madrid y Andalucía, o en el Eje Atlántico. En concreto el presidente de Ferrmed, Joan Amorós, reconoció en su intervención que no cree que el Corredor Mediterráneo esté acabado en 2025 porque quedan demasiadas actuaciones por acometer. Porque se han priorizado otras inversiones que en cualquier caso, y es un diagnóstico compartido por empresarios, académicos y políticos, responden a la poca capacidad de decisión o de presión de la Comunitat Valenciana ante el poder central, argumentó Elies Seguí.

El problema del transporte es estratégico. Dice Seguí que el transporte por carretera, además de ser más caro tiene un mayor coste ambiental: «Incrementa los costes operativos y logísticos un 25%», subraya. Por ello, si existiera el Corredor Mediterráneo y mejorasen las comunicaciones por ferrocarril, verbigracia, con el Puerto de Valencia, la eficiencia y la competitividad de las empresas y productores valencianos se dispararían. No en vano, una crítica que se puso de relieve es que el Puerto de Valencia es capaz de gestionar más eficientemente que sus competidores de Hamburgo o Rotterdam una gran cantidad de contenedores. Pero ese valor añadido lo pierde cuando tiene que esperar hasta tres días para transportar esas mercancías a Milán y Centroeuropa porque carece de las líneas ferroviarias adecuadas.