«¿Qué hay que hacer para que gobierne la izquierda en España?», le preguntaban a Mónica Oltra desde el público del desayuno en el hotel Ritz de Madrid. La líder de Compromís lo tiene claro: «Trabajar consensos en el Congreso para revertir las políticas de Rajoy y el PP y hacerlo bien en los ayuntamientos y comunidades autónomas donde gobernamos. Si rescatamos derechos y somos más eficientes podremos esperar un futuro mejor y demostrar que no es cierto lo que se dice de que la derecha gestiona mejor».

Ni en la conferencia ni en las preguntas posteriores salieron a relucir cuestiones polémicas de la gestión de Oltra o el Gobierno del Pacte del Botànic. Ni el rechazo al proyecto comercial y de ocio Puerto Mediterráneo en Paterna ni los horarios comerciales ni otros aspectos en los que ha habido colisión de opiniones se pusieron sobre el mantel. Oltra pasó por encima de las polémicas asegurando que «la Comunitat Valenciana es un buen sitio para invertir donde ya no es necesario pagar peajes. Y por eso algunas empresas han decidido ya volver».

En su largo repaso político del hotel del Paseo de la Castellana Oltra tuvo tiempo para la poesía, empezando por la de Ismael Serrano —«la única persona por la que he hecho cola para pedir un autógrafo»— y terminando por Miguel Hernández, de quien recitó los versos de su «Canción última». Y también para unas pinceladas de ámbito internacional: «Esta crisis económica, moral, política y ambiental está siendo aprovechada por las élites mundiales para agrandar las diferencias. Esas élites —dijo Oltra— avanzan desde la guerra fría, pues como dice en millonario Warren Buffet, la lucha de clases existe y la vamos ganando nosotros».

Hasta se atrevió Oltra con un esbozo sobre la crisis de la socialdemocracia, destacando que ha dejado de ser el freno a esas élites. «La Revolución soviética generó dos hijos, los partidos comunistas y los socialdemócratas; los primeros se transformaron hasta su desaparición, reformulación o disolución en otras formas. Los segundos no lo hicieron convirtiéndose en formaciones prescindibles que dan respuestas antiguas a problemas nuevos», sentenció.