Si hay un grupo social que vive por y para las redes sociales ese es el de los adolescentes. En España, el 98 % de los niños entre 10 y 14 años tiene móvil inteligente con conexión a internet y, por tanto, acceso a las redes sociales pese a que la edad mínima de estas plataformas pone el límite, precisamente, en las 14 primaveras. Los nacidos a partir del 2000 han crecido con las redes sociales e Instagram es, hoy por hoy, la que mayor predicamento tiene junto a Facebook, Twitter o Youtube.
Pese al auge que han tenido en los últimos años las aplicaciones específicas para ligar como Tinder, Grindr para el colectivo homosexual o AdoptaUnTío, a ellas recurren más los «jóvenes adultos» y no los adolescentes que siguen tirando de contactos cercanos para conocer gente y usan las aplicaciones de comunicación clásicas para ligar.
«Hay una amiga de una amiga que me gusta, la veo en Twitter, le empiezo a dar favoritos a sus comentarios y a partir de ahí intento ligar. Utilizan para ligar esas aplicaciones que no están pensadas, en principio, para ello, y luego ya siguen en contacto como antes, en el instituto, en el parque Pero recurrir a aplicaciones como Tinder es de perdedores para ellos». El ejemplo lo pone Amparo Lasén Díaz, profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del grupo de investigación Sociología Ordinaria que investiga cómo los jóvenes y no tan jóvenes utilizan la tecnología y las redes sociales en su forma de relacionarse. «Comunicarse por el móvil o por internet sí supone un cambio pero no todo es radicalmente nuevo ni significa que una forma esté sustituyendo a la otra», asegura la socióloga. Los jóvenes, los que más han convivido con las redes sociales tampoco parece que estén abocados a cambiar patrones de comportamiento a causa de las nuevas formas de relacionarse con el mundo.
«La mayoría de los interlocutores digitales que tienen los adolescentes son los que, después, ven cara a cara. Las redes les ayudan a mantener contacto y puentear las obligaciones que tienen en el día a día pero no está mermando sus capacidades sociales para cuando lo hagan cara a cara», asegura la profesora que tampoco cree que las aplicaciones específicas para encontrar pareja hayan acelerado el proceso de chico conoce chica. «La plataforma ofrece conocer a más gente en menos tiempo y de manera más fácil, es cierto, pero cuando investigas ves los distintos usos que se hacen, desde las citas rápidas a las personas mayores que buscan reconstruir su red de amistades a través de ellas».
