La reforma tributaria que ha presentado Podemos como enmienda a los presupuestos y que busca aumentar la progresividad del tramo autonómico del IRPF va a obligar al Consell a sentarse a negociar con su socio del Botànic.

Para la formación morada la reforma fiscal, que ha trabajado con el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), es fundamental e incluso va a convertirla en línea roja para apoyar los presupuestos de PSPV y Compromís. El Consell ya ha presentado su propia modificación de la tarifa, que supone una minoración de la recaudación por este impuesto de 75 millones, según las cifras del conseller de Hacienda, Vicent Soler, con una rebaja del impuesto que en 2017 beneficiará a 1,6 millones de valencianos.

Pero Soler quiere ir a Madrid, a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera y a reclamar la reforma del modelo de financiación, con los deberes hechos y sin que parezca que aprueba una bajada más agresiva del impuesto porque es rehén de Podemos.

Así, el Consell negociará con el partido que lidera Antonio Montiel desde la «coherencia», en palabras de Soler, porque sólo así legitima su posición ante Madrid para exigir mejor financiación, ya que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, vigila con lupa todos los movimientos de las cuentas valencianas. «Existe coincidencia entre Podemos y el Consell para revertir el aspecto regresivo del sistema fiscal valenciano y ahora toca ver si se puede mejorar el planteamiento que se realiza atendiendo al coste fiscal», admitió ayer en las Corts el conseller.

En la actualidad, el tipo valenciano del IRPF es el más alto de España para las rentas inferiores a 17.000 euros. En cambio, para las bases de más de 60.000 euros, la fiscalidad es la más baja de España, sólo superada por Madrid.

En ese contexto, la reforma tributaria de Podemos profundiza en la del Consell, pero las posiciones no están tan alejadas. Si la del ejecutivo supone una merma de recaudación de 75 millones, la de Podemos llegaría hasta los 80, por lo que la diferencia es de unos cinco millones, algo asumible en un presupuesto de 18.000 millones.

Con la propuesta de Podemos sólo pagarían más impuestos los declarantes de bases superiores a 60.000 euros. Por eso, el portavoz, Antonio Montiel, puso ayer como ejemplo el sueldo de Puig, 68.292 euros, que con el baremo de Podemos pagaría 396 euros más.

Podemos eleva el tono

Montiel se mostró crítico con el presupuesto, del que dijo que era «manifiestamente mejorable». Anunció la presentación de 40 enmiendas a la ley de acompañamiento, criticó que se modifiquen normas por esta vía y reprochó incumplimientos como la ley de tasas. El portavoz de C's llegó a decir que aplaudía el discurso.

La portavoz popular en el debate, Eva Ortiz, trató de atraerse a Podemos para devolver la ley al Consell. Dijo que era «irreal, caótico y absolutamente perjudicial para los valencianos» y rechazó que modifique 29 leyes mientras denunciaba una «masiva» subida de impuestos, de 840 millones.

Finalmente, el pleno de las Corts rechazó ayer con los votos del PSPV, Compromís y Podemos las enmiendas a la totalidad de ley de acompañamiento.