Con pasos sigilosos y movimientos pausados como mandan los cánones de su milenaria organización, el cardenal Antonio Cañizares está a punto de conformar su equipo definitivo para afrontar el gobierno de la archidiócesis de Valencia. Ahora que ha cumplido dos años con mando en plaza, el purpurado de Utiel ultima inminentes cambios en la cúpula de la diócesis. Javier Llopis, vicario de Evangelización y persona fundamental durante el episcopado de Carlos Osoro como arzobispo de Valencia (2009-2014), ya ha recibido la comunicación de que no continúa como vicario y que marcha como párroco de una iglesia de solera en Valencia como es San Agustín, cuyo párroco titular falleció a finales de octubre. Llopis, una persona querida y valorada en el seno de la diócesis, quedará también como delegado de Catequesis, pero pierde la vitola de vicario y las responsabilidades en palacio.

El canciller Jorge Miró, que llevaba veintidós años en este puesto clave para asuntos jurídicos, será relevado por José Francisco Castelló, doctor en Derecho Canónico, profesor de la Facultad de Teología de Valencia y amplio conocedor del Protocolo Eclesiástico que ya formaba parte del Consejo de Asuntos Jurídicos. Miró, con otras tareas educativas, marchará de vicario parroquial a la iglesia de San Agustín como número dos de Javier Llopis.

Más peso a los obispos auxiliares

Estos movimientos, confirmados ayer por fuentes internas de la diócesis pero que todavía no han sido anunciados de manera oficial por el arzobispado, forman parte de una reorganización interna. Por debajo del cardenal están los tres obispos auxiliares que han llegado a Valencia durante el mandato de Cañizares: Esteban Escudero, Arturo Ros y Javier Salinas. A partir de ahora, según explican las mismas fuentes, cada uno de ellos se hará cargo de un pilar distinto de la gestión de la diócesis.

Todo apunta a que Escudero seguirá al frente del área de Educación y Cultura, con el encargo de vigilar la convulsa Universidad Católica de Valencia, propiedad de la Iglesia y por la que han desfilado tres rectores en el último año y medio. Javier Salinas y Arturo Ros se distribuirán las responsabilidades en las áreas de Evangelización y de Acción Caritativa y Social.

Estos movimientos pueden ser completados con un cambio de la mayoría de los ocho vicarios territoriales, el escalón inmediatamente por debajo de los obispos auxiliares y que proceden de la etapa de Osoro. El único al que ha nombrado Cañizares es Agustín Alcayde al frente de la vicaría de Llíria-Requena-Ademuz para ocupar la plaza que dejaba vacante Arturo Ros al ser designado obispo auxiliar de Valencia.

Hace diez días Cañizares también renovó a los arciprestes: de los 34, 13 han sido designados por primera vez. Los cambios coinciden con la aprobación del nuevo Plan Pastoral Diocesano de Evangelización.