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Entrevista

Carmen Leal Cercós: "Estoy convencida de que si me hubiera casado no hubiera sido catedrática"

«La Medicina se está convirtiendo en una profesión de mujeres pero aún hay diferencias en los puestos más altos»

Carmen Leal Cercós: "Estoy convencida de que si me hubiera casado no hubiera sido catedrática"

Su currículum completa, holgadamente, más de tres hojas y ese es solo el abreviado. Pionera en su especialidad y en abrir caminos a las mujeres tanto en el ámbito universitario como en el clínico, la doctora Carmen Leal Cercós recibirá el próximo mes de diciembre el premio del Colegio de Médicos de Valencia a la Mejor Trayectoria Profesional. Primera catedrática de España en Psiquiatría, primera decana de la Facultad de Medicina en Valencia, jefa de servicio de Psiquiatría en el Hospital Clínico y, ahora, también, primera mujer en recibir este galardón.

¿Qué supone para usted el premio?

Una satisfacción enorme porque soy una más de una gran cantidad de médicos que han trabajado en esta Comunitat y que tienen trayectorias paralelas a la mía.

Cuando se falló, la presidenta del Colegio de Médicos, Mercedes Hurtado, destacó que usted lo había conseguido «todo» en el plano laboral «cuando más difícil era».

En mi época, que una mujer llegara a tener puestos de responsabilidad era un poco más raro y más difícil. He sido la única catedrática de Psiquiatría en España y solo ahora, posiblemente la semana que viene, se va a incorporar una compañera de Oviedo porque han estado paralizados los accesos a cátedras. Sí, durante muchísimos años he sido la única, desde 1979 que accedí. No ha sido muy agradable para mí, de hecho, me hubiera gustado no ser la única. Me alegra y me enorgullece pero también me da un poco de rabia.

Últimamente ha sido por el bloqueo pero, aún así, estuvo muchos años siendo la única y no era por ningún problema burocrático?

No, no era por eso, las mujeres no se presentaban. El sistema antiguo para quedarse en la universidad suponía estar allí y que el catedrático jefe te propusiera para lo que entonces era profesor no numerario, ir haciendo trabajos y luego ya cuando salían oposiciones, presentarse, pero no solían hacerlo mujeres.

¿Por qué?

Porque la dedicación que había que tener era absolutamente incompatible con otras cosas. Yo soy soltera. Muchas veces he dicho que si me hubiera casado no hubiera sido catedrática, estoy casi convencida de ello. Creo que me fue más fácil porque me he dedicado exclusivamente a la facultad y al Hospital Clínico. Aún así, tengo que decir que yo no renuncié conscientemente a nada por quedarme aquí. Vinieron las cosas así. Pero sí, compañeras de medicina de aquella época lo tenían complicado porque un embarazo o una baja por maternidad a veces ni estaban contemplados.

Y, ahora, ¿cómo ve el acceso de las mujeres a esos puestos?

Las cosas ya no funcionan así, es diferente. Ahora es más fácil y lo sería más todavía si hubiera en las casas mejor reparto de tareas y mayor disponibilidad de la mujer. De hecho en algunas facultades hay más profesoras que profesores y las estudiantes de Medicina ahora ya llegan al 80 %

¿Cree que aún son necesarios más cambios?

Aún han de cambiar las cosas. Pero si miras la Medicina se está convirtiendo en una profesión con predominio de mujeres. Es extraordinario pero todavía hay diferencias en los jefes de servicio, en los cargos de más responsabilidad o más altos que exigen más años de experiencia, pero ya estamos ahí. Dentro de unos años habrá cambiado todavía más, el futuro debe ser mucho mejor. Antes, precisamente porque no estaba claro lo de hacer esta carrera, muchas mujeres no iban a por ello.

¿Porque sabían de las dificultades?

Por temor a las dificultades o porque había cierta oposición de los jefes. Aún así, en mi promoción, la de 1965 que hizo las bodas de oro el año pasado, éramos bastantes mujeres y todas las compañeras de mi promoción han trabajado en la sanidad pública, ninguna se ha quedado de ama de casa.

¿Marcaron esos años un punto de inflexión?

A partir de un par de promociones anteriores a la mía ya se produjo esa inflexión, pero antes apenas estudiaban Medicina las mujeres, eran contadas. Aquí en Valencia había dos pediatras conocidas, las doctoras Vilar... ahora en cambio en eso también ha cambiado. Casi todas mis compañeros hicieron Pediatra, pero ninguna hizo Cirugía; hoy en día hay muchas.

¿Ha tenido usted que lidiar con el rechazo de sus compañeros?

No, personalmente no y mis compañeras yo creo que han estado en igualdad de condiciones, pero de ellas prácticamente no ha estado ninguna ligada a la universidad.

Con este premio sigue rompiendo techos de cristal. Es la primera mujer que lo recibe.

¡Sí!, también fui la primera decana de Medicina. La única también por el momento.

¿Qué está fallando?

No sé. En aquel momento había que ser catedrático para ser decano pero ahora no, aunque ya hay decanas en muchas. Precisamente cuando yo era decana, en 1986, coincidí con Carmen Alborch que era la decana de Derecho, precisamente en la otra facultad más tradicional junto con Medicina. Éramos un poco un hecho insólito en aquel momento. En las juntas de gobierno no teníamos ningún problema con los compañeros. No había discriminación. Tampoco ninguna de las dos éramos capaces de callarnos.

De toda su carrera, ¿de qué logro se siente más orgullosa?

Satisfecha de haber compaginado la docencia con la asistencia como jefa de servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico. Si alguien me ha preguntado alguna vez si prefiero a los enfermos o a los estudiantes? me hubiera sido muy difícil elegir, me han atraído por igual asistencia y docencia.

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