¿Ve posible tener nuevo modelo de financiación en 2017?
Sí. Debe ser posible. Desde el punto de vista técnico lo es. Pero desde el político se ha considerado que no se daban las circunstancias para abordar el problema y el Gobierno ha decidido aplazar el problema. Ahora ha dado señales de que lo quiere abordar.
¿Qué ha sido lo más pernicioso de los modelos de 2001 y 2009?
En los dos hay un elemento muy pernicioso que es el mantenimiento de «estatu quo», es decir, que las autonomías que estaban en una posición más favorable les fue respetada su dotación de recursos. En 2001, además, hubo un cálculo que fue distribuir las necesidades por la población. Pero fue justo el momento en que más creció la población por la inmigración y esta autonomía registró un mayor aumento. En 2009 se revisa, pero es un modelo que no tiene en cuenta que viene una crisis. Se reducen drásticamente los ingresos con la llegada de la crisis, pero no los servicios que tienes que prestar. Es un modelo que no tiene en cuenta que, cuando se aprueba, los ingresos ya están cayendo.
¿Qué será más fácil poner de acuerdo a técnicos o a políticos?
Yo creo que la negociación se desarrollará en el ámbito político, en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera y en el Parlamento porque requiere la aprobación de una ley y el presidente del Gobierno va a convocar la Conferencia de presidentes autonómicas. Esos son escenarios de negociación claros. Los técnicos no tenemos la presión de estar en el Gobierno, pero sí la de buscar que los elementos del problema se organicen de una forma racional. La última ley, la de 2009, tiene una complejidad extraordinaria porque es una suma de presiones de aquí y de allá para que se tengan en cuenta las sensibilidades de los diferentes territorios. Pero el final de la historia será una decisión política.
La C. Valenciana salió perdiendo en las transferencias de la transición, en 2001 y 2009. ¿Cree que perderá otra vez?
Ahora los problemas se han agravado por los efectos de la crisis y la caída de ingresos de manera que ahora la percepción del problema es más grande y hay veces que cuando se agravan los problemas es cuando se abordan. Ahora hay una conciencia política y social mayor del problema y de las implicaciones que tiene no resolverlo. Las circunstancias financieras de una Administración dependen de la coyuntura y es verdad que la aprobación del modelo de 2009 coincidió con la crisis.
¿Por qué aportan los valencianos si las cuentas territorializadas señalan que son pobres?
Las cuentas territorializadas contemplan las actuaciones de todas las administraciones en un territorio y debería dar como resultado que aportaran más los que más recursos tienen. Pero esas cuentas arrojan dos anomalías, que las comunidades forales (País Vasco y Navarra) siendo ricas, reciben y que la Comunitat Valenciana siendo pobre, aporta. El resto están donde tienen que estar: Cataluña, Madrid y Baleares, que tienen niveles encima de la media, y, por tanto, aportan. Pero la C. valenciana es una anomalía. Los autores de esas cuentas publicaron que, en el caso valenciano, el 89 % del saldo fiscal negativo se explicaba por la financiación.
