María José y su madre ya tienen un calentador eléctrico instalado en su casa para poderse duchar con agua caliente. También han recibido una entrega de dinero para realizar compras básicas de alimentación y están esperando a un mensajero que les traerá una estufa enviada desde Madrid.

Luz, la madre peruana de 51 años con un hijo discapacitado y otro que estudia en la Universitat, que no tiene ningún dispositivo de calor porque no puede pagar la electricidad que consumen con su sueldo de 451 euros al mes, fue visitada anoche por Carlos y Amparo, dos vecinos de Port de Sagunt dispuestos a ayudarla. Gracias a su mediación, Luz recibirá cuatro bonos mensuales de 50 euros para comprar en un supermercado próximo a su casa.

Así ha terminado la respuesta de solidaridad ciudadana con las dos familias víctimas de la pobreza energética que relataron su situación en el reportaje publicado el viernes en Levante-EMV. El sábado por la mañana, solo un día después, tres personas (Antonio, José y Javier) se unieron y le regalaron el calentador eléctrico nuevo, de 65 euros. Un fontanero que conocía uno de los benefactores se lo instaló esa misma mañana en su piso, arrendado por una conocida. «Ya nos hemos duchado con agua caliente. Y también podemos usar el agua caliente para lavar la ropa a mano porque la lavadora no funciona», cuenta María José, a la que también ayudará el Banco de Alimentos.

«Estamos muy contentas y un poco impresionadas, porque no sabíamos que la gente de la calle, sin conocerte de nada, ayudan de una forma que a veces no hace ni tu familia», afirma María José.

En el caso de Luz, la movilización del matrimonio de Port de Sagunt ha sido clave. Ellos ayudarán a esta familia, que no quiere estufas para evitar que suba el recibo de la luz, con comida. Y gracias a Maxi Cash tendrá desde diciembre hasta marzo un bono de mensual 50 euros para comida y productos básicos. Luz, que recibe la ayuda de Cáritas, respira algo más tranquila.