El Jaime I a la Protección del Medio Ambiente por sus investigaciones en torno a los efectos del cambio climático en la modificación de la flora y fauna del planeta es el científico de origen portugués Miguel Bastos (Bruselas, 1969). Recuerda que el Nobel español Santiago Ramón y Cajal «decía que lo que verdaderamente distingue a un investigador, más que su inteligencia, es la persistencia y la obsesión». En este sentido, incide en que «predecir el futuro de la biodiversidad es una obsesión» para el.

Un futuro, añade, que va estar marcado en este siglo «por el cambio climático, que es indiscutible si observamos el aumento de la temperatura y las reducciones récord de la masa polar en los últimos 150 años, así como por la modificación de los usos del suelo, que es el impacto más importante en la biodiversidad desde hace 10.000 años».

Avanza que los efectos más relevantes del cambio climático los sufrirán «las regiones polares, que van a experimentar una reducción drástica de su superficie, y también los trópicos, que sufrirán más eventos climáticos extremos». En Europa, destaca que la Península Ibérica es una de las áreas más expuestas a la pérdida de biodiversidad.

«El efecto combinado del cambio climático y de los usos del suelo complica el futuro de 20.000 especies de vertebrados, entre los que los más amenazados son los anfibios con el 35 % (de sus 6.000) especies en riesgo de extinción». En este último caso actúa también la pandemia del hongo quítrido que diezma a los anfibios desde 1980.