Nueve años hacía que Valencia no tiritaba por un fenómeno ante el que se suele responder con dos palabras: gota fría. «En realidad ese es un término un poco difuso», introduce José Ángel Núñez, jefe de climatología de la Aemet en la Comunitat Valenciana. Serviría solo en parte, añade, para explicar por qué en la ciudad parecía que se había derrumbado el cielo.

«Lo que se suele llamar gota fría es el embolsamiento de aire frío en capas altas de la atmósfera; algo que no es extraordinario, sucede durante todo el año», explica el climatólogo. Esa bolsa de aire frío extraviada entra en contacto con una masa antagónica de aire caliente y húmedo que asciende desde el mar. El encuentro de ambas provoca precipitaciones que pueden ser intensas, debido a la rápida condensación del aire húmedo. Eso, decía Núñez, sucede con cierta frecuencia.

Pero para explicar lo que ocurrió el domingo falta un tercer protagonista: el viento húmedo de levante empujando un cóctel torrencial hacia la costa. «Ese flujo de levante que se generó por la tarde es el que hizo que las tormentas penetraran en la tierra», ahonda el experto.

Así pues, combinación de los tres factores provocaron las intensas lluvias de la tarde. «La parte más intensa dura de 6 a 12 horas», concreta el climatólogo sobre ese ataque de furia. Luego, apunta, deja un eco de lluvias que se extiende durante días, aunque no con la misma intensidad.

El torbellino jamás visto

«Lo comentaba con otros compañeros: tan visible como la del domingo no recordábamos otra en España», señala el jefe de climatología de la Aemet en la C. Valenciana. No dice que no la haya habido, sino que las condiciones favorecieron que esta se mostrara ante el público en todo su esplendor.

La manga o tromba marina es un tornado sobre el agua, generado en condiciones de especial inestabilidad. Tampoco es un fenómeno raro, relata Núñez, coautor de un mapa de climatología de tornados en España en el que tuvieron en cuenta la documentación hasta 2003 porque desde entonces se han disparado las notificaciones debido a que la gente, sencillamente, tiene un móvil a mano para grabar los tornados. Eso ha hecho también que la manga del domingo adquiera la categoría de fenómeno apenas visto o casi «jamás visto». «Además, su ciclo de vida suele ser nocturno», añade el climatólogo. Esta tromba, sin embargo, eligió un domingo por la mañana para pavonearse por el litoral.