La campaña se lanza «en positivo» y con «la mano abierta al diálogo». Pero la concertada marcó ayer sus líneas rojas. Las patronales del sector se unieron a sindicatos docentes (a los que se sumó por primera vez UGT), para exhibir músculo y unidad en el auditorio del colegio José de Calasanz, en un acto ante unas doscientas personas que una hora más tarde se reprodujo en Alicante.

En torno a un cartel con una mano abierta («para dialogar y para decir basta», dijeron los protagonistas) se reunieron Manoli Nieto, presidenta de Escuelas Católicas, junto a Vicenta Rodríguez, secretaria autonómica y Manuel Ortiz, delegado en Castelló; José Manuel Boquet, presidente de la Federación de Centros de Enseñanza de Valencia (Feceval); Vicente Morro, máximo dirigente de la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de Valencia (Fcapa); y representantes de los sindicatos docentes USO y FSIE (de UGT no acudió nadie; enviaron un comunicado).

El acto tuvo arengas, mensajes directos al conseller Marzà y una clara intención de sumar voces: se mostró un vídeo de ciudadanos apoyando a la concertada, se repartieron pulseras, se lanzó el hashtag con el lema «Yo soy de la concertada» y se leyó un manifiesto. La palabra más repetida en los diferentes discursos fue «libertad». También se repartieron cuartillas para que docentes y padres de alumnos escriban sus demandas al conseller.

Todo un arsenal con el que acudir a la próxima reunión con Marzà, en la que se abordará la supresión de conciertos para el bachillerato y Formación Profesional. «Tengo esperanzas de que la conselleria nos consulte para dar serenidad en nuestros centros», decía Rodríguez a Levante-EMV tras el acto. «Siempre hay un momento en el que hay que ceder pero creo que no se puede perder ningún aula. Bachillerato y ciclos formativos son parte de la esencia del sistema educativo valenciano», advertía la dirigente de la patronal, que en su discurso quiso alejar la posibilidad de volver a manifestarse en las calles.

En un encuentro en el que el sector se abrazó a su modelo se deslizaron dos avisos. Uno de Blas Giner, de FSIE: «No aceptaremos ninguna modificación de los acuerdos sin el consenso de quienes los firmaron en 2004». Y otra de la propia Rodríguez: «Todo debe seguir siendo concertado».