El grupo popular en las Corts ha presentado una enmienda a los presupuestos de la Generalitat de 2017 que, de salir adelante, supondría un 'descalabro' en las cuentas públicas ya que plantea que los ingresos para el año próximo pasen de 13.586 a 12.268 millones, es decir, 1.325 millones menos. La minoración de derechos económicos no es caprichosa ni tampoco la cifra. Corresponde a la partida de ingresos en concepto de infrafinanciación a la que el Consell de Ximo Puig ha recurrido de nuevo para cuadrar los presupuestos de 2017.

Para el Ejecutivo es una partida reivindicativa irrenunciable mientras que no se compense a la Generalitat por su situación de maltrato financiero, pero para el PP son tan sólo ingresos 'ficticios', ya que, como ocurrió en 2016, el Estado no los pagará y no llegarán a las arcas autonómicas. De ahí que la primera enmienda del PP esté dirigida a eliminarla.

Ahora bien, al menos sobre el papel reducir ingresos implica un tijeretazo del gasto por la misma cantidad, una cuestión de la que los populares se desentienden. La conselleria de Hacienda apuntó ayer que la postura del PP resulta un despropósito, al tiempo que perjudica a los intereses de los valencianos ya que, argumenta, el riesgo de que el dinero no llegue se traduce en un incumplimiento del déficit, pero no en recortes de gasto.

El déficit no autorizado se cubre a través del FLA, si bien es evidente que el incumplimiento del déficit es un quebradero de cabeza para el Consell que se expone a sanciones.

Por otro lado, como ya hizo el año pasado el PP plantea una serie de modificaciones que afectan a los cambios introducidos por el bipartito en el impuesto de Patrimonio y de sucesions y donaciones. Los populares plantea aumentar los beneficios fiscales por un total de 180 millones de euros, o lo que es lo mismo que el Consell deje de ingresar este dinero que mayormente grava las grandes fortunas.