Génova mantiene invariables sus líneas rojas contra la corrupción y zanja el debate abierto tras la repentina muerte de la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá. El vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Fernando Martínez-Maíllo, refrendó ayer en un acto de la formación en Castelló la política marcada por el partido contra la corrupción.

Maíllo asistió a la junta directiva del PP de Castelló y a una conferencia del economista Daniel Lacalle. También estuvieron presentes la presidenta del PP regionalt, Isabel Bonig, y el dirigente del PP provincial, Vicente Betoret. Bonig avala también las actuales líneas rojas mientras Betoret se ha sumado a otras voces de la formación que abogan por suavizarlas. Tras una breve comparecencia ante los medios de comunicación, el responsable nacional respondió a este diario con un «no» cuando se le inquirió si el partido pensaba cambiar las «líneas rojas».

Maíllo forma parte de la nueva generación de la dirección nacional del PP, junto a Pablo Casado, Javier Maroto y Andrea Levy, que más contundencia reclamó contra Barberá.

Ante los periodistas solamente se extendió en responder a varias preguntas sobre un caso judicial que afecta al presidente de Murcia y al último consejo de política fiscal y no mencionó a la exalcaldesa, pero en su explicación sobre el presidente murciano reiteró que el pacto contra la corrupción firmado con Ciudadanos sigue vigente. Este acuerdo contempla la expulsión de los cargos que sean investigados en casos de corrupción. En este caso puntualizó que el citado pacto distingue las imputaciones por corrupción de los casos que derivan de cuestiones administrativas, «pues aquí en Castelló también se ha producido en relación con un diputado nacional -en referencia a Óscar Clavell-, donde hemos sido capaces de distinguir lo que era distinto», remarcó.