La Universitat de València (UV) ha liderado la construcción de un telescopio de rayos X equipado con una máscara codificada que la Agencia Espacial Europea (ESA) instalará en el módulo Columbus en la Estación Espacial Internacional (ISS) con el fin de arrojar luz sobre el origen de los violentos Estallidos de Rayos Gamma Terrestres (TGF por sus siglas en inglés).

Los TGF se producen de manera impredecible y fugaz, pues apenas duran menos de una milésima de segundo, y siguen siendo fenómenos poco comprendidos. Los científicos relacionan este destello de luz de muy alta energía con los fuertes campos eléctricos que se generan arriba de las tormentas.

Las corrientes ascendentes y descendentes que hay dentro de ellas hacen que la lluvia, la nieve y el hielo choquen entre si y adquieran una carga eléctrica. Generalmente, la carga positiva se acumula en la parte superior y la negativa en la inferior. Cuando el campo eléctrico de la tormenta llega a ser tan fuerte que descompone las propiedades aislantes del aire, se produce la descarga de un rayo.

La parte superior de un rayo intra-nube altera el campo eléctrico de la tormenta de tal manera que una avalancha de electrones surge hacia arriba a gran velocidad. Cuando estos electrones que se mueven rápidamente son desviados por las moléculas de aire, emiten rayos gamma y crean un TGF.

El telescopio liderado por la UV es el MXGS (Monitor X-ray and Gamma-ray Sensor), un detector de altas energías con capacidad de generar imágenes. Es una de las partes clave del observatorio de rayos Ultra Violeta, Rayos X y Rayos Gamma ASIM (Atmosphere Space Interaction Monitor), que la ESA montará en la Estación Espacial Internacional a más de 340 km de la Tierra con el fin de analizar los fenómenos que se registran por encima de las grandes tormentas.

El MXGS ha sido desarrollado por la Universitat de València, la Universidad de Bergen (Noruega) y el Instituto Nacional del Espacio de la Universidad Técnica de Dinamarca (NSI/DTU), bajo la dirección del profesor de Astronomía Víctor Reglero (UV).

Reglero explica que cada día se produce más de un millón de rayos en la atmósfera. «Después encontramos los sprites, descargas violentas a 40 km de altura y que ya son más escasos de observar. Unos 2.000 al día. Pero ocurren más fenómenos que no podemos ver desde los observatorios terrestres. Son los TGF, que son muy raros pues solo se detecta uno al día», apunta-

El MXGS mejorará en 3.600 veces (de 400x400 km a 5x5 km) la localización de los TGF. Su máscara codificada, un sistema óptico que hace posible localizar con precisión estos fenómenos extraños desde el espacio, es la décima que se construye en el mundo. De estas, siete han sido diseñadas y fabricadas en Valencia.

Las máscaras codificadas están compuestas por materiales muy gruesos capaces de interactuar con los rayos gamma, cuyos fotones al ser cien mil veces mas energéticos que la luz óptica atraviesan espejos y lentes.