El efecto más palpable de la reforma educativa impulsada en solitario por el PP es que en los dos últimos cursos la demanda de Religión en los institutos públicos de la Comunitat Valenciana se ha doblado en Bachillerato y ha crecido un 32 % en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Este espectacular aumento es consecuencia de que la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (Lomce) haya otorgado a esta asignatura carácter evaluable y que, por tanto, su nota se incorpore al expediente en igualdad de condiciones que el resto de materias.

En total este curso en los institutos públicos, tanto en los cuatro niveles de ESO como en primero de Bachillerato, hay 18.241 alumnos más que estudian Religión que antes de implantarse la Lomce según las estadísticas de la conselleria.

Este crecimiento superior al 40 % en dos cursos, pues se ha pasado de 45.149 alumnos de Religión a 63.390, supone que el porcentaje de estudiantes de esta asignatura ya representa casi el 42 % del alumnado de Secundaria de la enseñanza pública, casi 11 puntos porcentuales más que en el curso 2014-15.

En primero de Bachillerato la Lomce se implantó en el curso 2015-16, y ya ese mismo año las matrículas en Religión en los centros públicos se doblaron (108 %) al pasar de 4.207 a 8.736 alumnos, 4.529 más en un solo curso cuando en el anterior se habían reducido en 361. Este curso la demanda ha seguido creciendo con 524 más.

Expectativa de mejorar la nota

Este boom de la Religión en las aulas públicas confirma que muchos alumnos se han decantando por esta materia pensando que, respecto a las otras dos optativas (Cultura Científica y Anatomía Aplicada), no les será difícil obtener una buena nota con la que mejorar su expediente académico de cara a su ingreso en la universidad. La media de Bachillerato representa el

60 % de la nota de acceso.

En segundo de Bachillerato, con la implantación este curso de la Lomce, también es obligado ofertar Religión entre las dos asignatura específicas que pueden elegir los alumnos. No obstante, fuentes de la Conselleria de Educación aseguran que prácticamente no hay alumnado matriculado en Religión. En este caso puede influir que los alumnos elijan materias que sí entren en las pruebas de acceso a la universidad y que les ponderen para la carrera que quieren cursar.

En ESO este auge ha sido más progresivo, puesto que la Lomce se ha implantado a lo largo de dos cursos, en el 2015-16 en primero y tercero, y en el actual 2016-17 en segundo y cuarto. Así pues el curso pasado subió en 9.803 los alumnos de ESO que cambiaron la optativa de Valores éticos por la de Religión, a los que hay que sumar otros 3.385 este año. En total el despliegue de la Lomce en la ESO ha concluido con 13.188 alumnos más de la red pública en las aulas de Religión.

En la concertada no se nota

En los colegios concertados, donde ya el 88 % del alumnado de ESO y 1º de Bachillerato estudia Religión, el efecto Lomce apenas se ha notado con poco más de 450 alumnos de incremento en dos cursos.

Ante este panorama, los directores de los Institutos públicos de Educación de Secundaria (IES) urgen a que la Religión salga de las aulas y se circunscriba «al ámbito privado de las creencias». Los responsables de los centros tachan de «sinsentido» que en los centros «sostenidos con fondos públicos se imparta como asignatura cualquier tipo de religión» y concluyen que «urge su eliminación como materia curricular».

Así lo han reflejado en las conclusiones redactadas tras la reciente asamblea nacional de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos, la Fedadi, a la que acudió el presidente de la Asssociació d´Instituts d´Educació Secundària del País Valencià (Adies-PV), Toni González Picornell.

«No es una asignatura compleja»

«Estamos detectando, además, que al no ser una materia compleja en sus contenidos como puedan resultar algunas otras para los alumnos, resulta más apetecible de entrada y se ha incrementado sensiblemente el número de matrículas», apunta Picornell.

«Está pasando especialmente en Bachillerato. La materia de Religión compite como optativa con Anatomía Aplicada y con Cultura Científica. La nota de cualquiera de las tres tiene el mismo rango, pero para el alumnado los contenidos de Religión les resultan menos complejos». Picornell valora que ante este panorama, los estudiantes no se lo piensan dos veces con el objetivo de puntuar lo más posible de cara al acceso a la universidad.