«Nunca estamos libres de volver a caer». Lo dice Rafael Solaz, exalcohólico rehabilitado desde hace más de 15 años y voluntario de AVEX (Asociación Valenciana de Exalcohólicos). Ahora, en vistas a las fiestas navideñas y las previas cenas de empresa, remarca su mensaje: «Es necesario decir que no ante cualquier circunstancia, da igual la fecha en la que estés, si pruebas una gota de alcohol puedes volver al infierno», asegura.

La Asociación Valenciana de Exalcohólicos cuenta con más de 300 socios y, con la colaboración de la Obra Social la Caixa, trata de ayudar a las personas con problemas de adicción de alcohol y a sus familiares.

El primer paso para la rehabilitación consiste en el reconocimiento de que se tiene un grave problema. «Hay que entender que se tiene una enfermedad, porque es una enfermedad y no un vicio», explica Solaz.

Y en la sociedad que nos encontramos, esto a veces resulta muy complicado. El alcohol está socialmente aceptado: «Este problema suele pasar de soslayo, a veces en las televisiones se le quita importancia y se habla de una simple borrachera», denuncia Solaz.

Esto no ayuda a que el enfermo pida ayuda médica o psicológica por su cuenta, ya que suele autoengañarse y considerar que no tiene un problema porque, al fin y al cabo, «¿quién no se ha emborrachado alguna vez?», llega a pensar.

Pero el alcoholismo es un mal que no sólo afecta al principal implicado, sino a toda su familia e incluso sus amigos. «El alcoholismo provoca problemas familiares, laborales, médicos, judiciales... repercute en todos los ámbitos», recuerda.

AVEX lleva años trabajando con un programa de apoyo psicosocial para quienes sufren esta enfermedad y sus familiares. En él, realizan una labor terapéutica, tanto en grupo como de forma individual, y tratan de implicar a los cónyuges y a los más allegados al afectado directo. Pero este trabajo psicológico de deshabituación es tan largo como la vida misma. No tiene tregua. Cualquier pequeño despiste puede provocar una recaída. Por ello, Solaz insiste en que el exalcohólico, si quiere continuar manteniendo el prefijo «ex», «no debe probar ni una gota».