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Memoria histórica

El esclavo del franquismo desterrado a Valencia murió tras 164 días en el hospital

El historiador Ricard Camil Torres cree que a Mariano Vicente le concedieron la libertad condicional para evitar que falleciera en el campo de trabajos forzosos

El esclavo del franquismo desterrado a Valencia murió tras 164 días en el hospital

El enigma que rodea la desaparición hace 75 años del esclavo del franquismo, el agricultor alcarreño Mariano Vicente Vicente, cuya familia tal como avanzó ayer en exclusiva Levante-EMV acaba de localizar su tumba en lo que queda de la fosa común de la sección 10ª del Cementerio General de Valencia, ha dado un giro de 180 grados.

Asun Vicente, la sobrina nieta de esta víctima de la represión, que murió a los 45 años soltero y sin descendencia, descubrió ayer en los archivos de la Diputación de Valencia que Mariano fue trasladado directamente del campo de trabajos forzosos de Quinto de Ebro en Zaragoza a la cárcel Modelo de Valencia y de ahí, vía Comisaría, ingresado en el Hospital General, donde tras 164 días hospitalizado falleció a las tres de la mañana del 20 de diciembre de 1941.

Este vecino de Val de San García (Guadalajara) desapareció en agosto de 1941 tras casi un año como esclavo del franquismo en los campamentos de penados habilitados por Regiones Devastadas para la reconstrucción de los municipios de Belchite y Quinto de Ebro.

La versión oficial es que, tras obtener la libertad condicional con destierro el 28 de junio de 1941, el 1 de julio fijo su residencia en el número 80 de la calle Quart de Valencia. Tenía la obligación de presentarse el primer viernes de cada mes en la cárcel Modelo, algo que sólo hizo el cuatro de julio. Al no acudir en agosto, la Guardia Civil comenzó su búsqueda y llegó a ir a casa de sus dos hermanos en Val de San García y Moranchel.

Ninguno de ellos sabía que le habían dado la libertad condicional y que estaba en Valencia, de hecho seguían enviando cartas al campamento de penados de Quinto de Ebro sin obtener respuesta alguna.

No pidió la libertad condicional

En los expedientes penitenciarios que ha encontrado Asun durante sus tres años de investigación no consta que Mariano, condenado en un Consejo de Guerra sumarísimo a seis años y un día de prisión mayor, pidiera la libertad condicional tras 10 meses de trabajos forzados en los destacamentos de penados de Belchite y Quinto de Ebro.

La redención de la pena se tramitó de forma urgente obteniendo todos los dictámenes necesarios (informe del alcalde, capellán y maestro de Val de San García, jefe de la Falange de Cifuentes -cabecera de partido- y comandante del puesto de la Guardia Civil) en un corto espacio de tiempo.

El historiador Ricard Camil Torres, uno de los principales investigadores de la represión franquista en la Comunitat Valenciana, dada la inusual rapidez en la concesión de la libertad condicional a Mariano Vicente sospecha que este preso «estuviera tan enfermo que, al no servir ya para trabajar, lo enviaran a morir a un hospital para evitar que falleciera en el campo de trabajo». Efectivamente, Mariano, figura en el registro del Hospital General como un simple «transeúnte».

Torres explica que en el año 1941 las condiciones de los presos de la dictadura eran infernales. «La comida que recibían tenía un tercio del aporte calórico de las raciones de los campos de concentración nazis», subraya. «El reo -prosigue- que no recibía comida o dinero de su familia porque no tenían o estaba muy lejos, lo pasaba muy mal».

Mariano, en las tres cartas que conserva Asun, durante su encierro en los campamentos de penados solicitaba a su familia que además de paquetes de comida le enviaran mudas de ropa y jabón.

El ingreso en el Hospital General es en el área de Dermatología, por lo que se cree que padeciera alguna enfermedad infecciosa de la piel en estado avanzado como consecuencia de las deficientes condiciones higiénicas del campo de trabajos forzosos y su extrema debilidad. Matías Alonso, del Grupo por la Recuperación de la Memoria, teme que más presos de los destacamentos de penados de Belchite y Quinto de Ebro fueran derivados a morir al Hospital General.

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