El decreto sobre contratación de directivos en el sector público empresarial se publicó en pleno mes de agosto, pero era esperado como agua de mayo en muchas conselleries. Abría la puerta a fichar directivos en empresas y entes al margen de los altos cargos de las conselleries cuyos efectivos están mucho más tasados por los compromisos públicos de austeridad. De hecho, el PP lleva el recuento y subraya siempre que puede que no se ha cumplido con la promesa de reducir el número de altos cargos.
La norma del Consell da la opción a las entidades de contratar entre uno, dos o tres directivos en función de la categoría en que se encuadre la empresa. Existen tres grupos de empresas en función de la plantilla y el presupuesto. Ahora bien, existe una gatera ya que el decreto contempla que de forma excepcional y con la autorización del Consell hasta las empresas más pequeñas puedan dispones de hasta tres directivos. Una puerta abierta pues a más contratos que, según los casos, se hacen sin publicidad.
Desde el PP ayer se criticó la contratación de Romeu. El portavoz adjunto del grupo popular Vicente Betoret denunció que Puig usa FGV «como una agencia de colocación de cargos de su partido». Según Betoret, Puig «está comprando voluntades para asegurar su liderazgo con contratos a dedo de personas que encarnan corrientes diferentes a la que él lidera».
