Ximo Puig acude hoy al inicio de la batalla por una nueva financiación autonómica en una posición de clara minoría. Las declaraciones ayer de los mandatarios de Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y Cantabria, entre otros, reflejan la existencia de un núcleo de opinión „supuestamente no organizado previamente„ por el mantenimiento del statu quo actual. El que da prioridad a la dispersión de población.

Un grupo mayoritario, en el que por intereses estarían también Asturias, Castilla y León, Aragón y La Rioja. Frente a esa España dispersa, que en octubre pasado firmó la Declaración de Cuenca en defensa de unos intereses comunes, está el bloque mediterráneo, el más afectado por el modelo actual de reparto de los fondos autonómicos. Esas dos Españas, distintas de las de Machado, se verán las caras hoy en la conferencia de presidentes autonómicos convocada por Mariano Rajoy después de olvidarse de este organismo durante más de cuatro años.

Para desgracia del presidente valenciano, en la cumbre de hoy no estará Cataluña, uno de los aliados del Consell en la reivindicación de un nuevo reparto del pastel económico. Y un socio importante en este tipo de encuentros, dado el peso en la política española de las tomas de posición catalanas. Sin embargo, el Govern soberanista de Carles Puigdemont considera que ya no está en el mismo escalón que el resto de ejecutivos autonómicos y que le corresponde una negociación bilateral con Moncloa.

Lo mismo entiende el lehendakari, claro que Euskadi importa poco en el juego de equilibrios sobre la financiación autonómica. Con los conciertos económicos, País Vasco y Navarra están en otra liga.

Puig ha llegado a las 8.40 horas de hoy al Senado -lugar de la cumbre- con un respaldo político y social total a la denuncia de la infrafinanciación valenciana. Quedó patente la semana pasada. El presidente de la Comunitat Valenciana ha sido recibido en la entrada por el máximo responsable de la Cámara Alta, Pío García Escudero, y ya en el interior ha saludado a los miembros de la Mesa.

El jefe del Consell hace hincapié estos días en que lo que está hoy en juego, principalmente, es el calendario para la reforma de la financiación. No es poco. Puede salir una agenda concreta para resolver un nuevo modelo en 2017 (ese es el deseo de Ximo Puig) o todo puede quedar en una declaración llena de vaguedades que abra una negociación larga y dura. Este último es el pronóstico de otro socialista, con indudable peso orgánico en el partido, Javier Fernández, presidente de Asturias y de la gestora del PSOE.

Puig, no obstante, volvió a ser ayer contundente en el tema de la financiación. «He de decirlo con crudeza, porque así lo reclama la realidad: hasta ahora la Comunitat Valenciana ha sido la paria del Estado autonómico», dijo en el foro Tribuna Autonómica organizado por Unidad Editorial en Madrid. Abogó asimismo por avanzar hacia un «federalismo cooperativo» y por la mutualización de parte de la deuda histórica.

Si hay vida más allá de la financiación, hoy se hablará de los recursos para la dependencia.