La consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, ratifica «la entera confianza en el buen trabajo» del secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, y la «continuidad de dos líneas de trabajo fundamentales en la política ambiental de la conselleria: la estrategia de cambio climático y la gestión de residuos».

Cebrián hizo ayer estas declaraciones después de, como informó Levante-EMV el jueves, cesar a dos altos cargos de la conselleria que pertenecen a Els Verds-Equo, el partido de Álvaro, y sustituirlos por afines a Compromís, coalición que sustenta a la consellera.

Compromís se ha hecho con el control de Medio Ambiente con el cese del jefe de Gabinete de la consellera y de su asesor parlamentario, Fernando Rodrigo Cencillo y Rubén Tello, ambos de Els Verds-Equo. Este último ha sido elegido recientemente miembro de la ejecutiva de este partido junto a Julià Álvaro, ratificado ayer como secretario autonómico de Medio Ambiente por la consellera, aunque cada vez con menos apoyos, tanto a nivel interno, en la conselleria, como en el Gobierno valenciano.

El PP sitúa estos relevos en el organigrama directivo de la Conselleria de Medio Ambiente en las disputas internas de Compromís que han llegado a tensar las relaciones con el PSPV, con quien comparte gobierno en la Generalitat.

Cebrián presidió ayer, junto a Álvaro, la reunión del Consejo Asesor y de Participación del Medio Ambiente (Capma). La consellera ha asegurado que en 2017 y en materia medioambiental se continuará «trabajando en equipo, como hasta ahora, y como un equipo estable, sumando esfuerzos y capacidades». En este contexto ha ratificado «la entera confianza en el buen trabajo» del secretario de Medio Ambiente y «todos los directores generales» del área y ha destacado que todas las líneas de trabajo de la conselleria «se han visto reflejadas y reforzadas en el Acuerdo Ampliado del Botánico».

Los componentes del Capma, en el que están representados más de 30 entidades y colectivos sociales de la Comunitat Valenciana, han recibido hoy un lápiz de memoria USB con los más de 1.400 folios que componen el expediente administrativo del discutido sistema de gestión de depósito y retorno de envases (SDDR) que impulsa Álvaro y al que se oponen los operadores del actual Sistema Integrado de Gestión (SIG) y los empresarios. «El SIG es insuficiente e ineficiente a la hora de resolver un grave problema medioambiental: el del abandono de envases, especialmente de plástico, a lo largo y ancho de nuestro territorio», concluye el secretario autonómico.