Entre en la web de la Moncloa. Verá que unas pestañitas permiten leer la página en catalán o en valenciano. ¿No son la misma lengua, según la filología? Lo dice también la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Este hecho fue el que movió a un abogado barcelonés a iniciar una acción judicial que ha acabado con una orden del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) al Consejo de Lenguas Oficiales en la Administración General del Estado para que aclare si catalán o valenciano son idiomas distintas o no.

Sucede que el citado órgano existe, pero permanece en hibernación desde poco después de su constitución. Según la información oficial incluida en el portal de la Secretaría de Estado para las Administraciones Territoriales, no se reúne desde julio de 2010. Su vida se reduce a tres reuniones desde su constitución el 28 de enero de 2008.

Este consejo, presidido por el secretario de Estado e integrado por un director general de cada uno de los ministerios, es al que el tribunal le encomienda la filológica tarea de aclarar sobre la unidad de valenciano y catalán. Tal responsabilidad no está entre las funciones descritas en el decreto que lo creó. Son más prosaicas: proponer directrices de organización en materia de lenguas oficiales, analizar las actuaciones en este campo del Estado y objetivos de este cariz.

Sucede además que el órgano en cuestión tiene un nacimiento muy valenciano. Se engendró en la etapa del socialista Jordi Sevilla como ministro de Administraciones Públicas y de Josep Maria Vidal (actual secretario autonómico de Comunicación) como titular del Instituto Nacional de Administraciones Públicas. Y es hijo de una comisión de expertos por las lenguas oficiales. Entre la docena de miembros de distintas autonomías estaban el actual conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, y el vicepresidente de la AVL, Josep Palomero.

Como el académico recuerda, de la comisión salió un decreto para la creación del consejo y de una oficina técnica para las lenguas oficiales. Se promulgó el 6 de julio de 2007, Sevilla cayó del ministerio tres días después y el proyecto fue perdiendo fuerza.

El consejo llegó a constituirse en 2008, con Elena Salgado de ministra. Mantuvo otras dos reuniones, pero tras el aterrizaje de Cristóbal Montoro en Administraciones Públicas en 2011 está en hibernación, sin actividad conocida.

El conseller Vicent Marzà, precisamente, recordaba este miércoles al delegado del Gobierno -lo hacía al margen de la noticia sobre la orden del TSJM- el incumplimiento de los compromisos adquiridos con la creación del Consejo de las Lenguas Oficiales y reclamaba su activación.

Para Alcaraz, por su parte, el órgano podría tener vitalidad como lugar de encuentro de juristas y lingüistas. ¿Puede una lengua tener dos nombres? «El asunto es jurídicamente complicado. No favorece la seguridad jurídica», sentencia.