Jesús Gordillo, el exasesor de Alfonso Grau que se reformó la casa con una contrata municipal y sin abonar el IVA (Levante-EMV de ayer), ha sido durante años hombre de confianza del exvicealcalde de Valencia, empleado de esas contratas y sorprendente dinamitador del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Valencia a raíz de la Operación Taula. En el origen de ese cambio hay que citar su ruptura con Grau y su salida del grupo tras las últimas elecciones municipales. Y en el horizonte, su vuelta al consistorio dentro de los planes de empleo del nuevo equipo de gobierno.

Gordillo es un histórico militante del PP de Ciutat Vella que en el mandato 1995-1999 entró como asesor de Alfonso Grau en el Ayuntamiento de Valencia, una incursión política que abandonó para entrar primero en Fervasa (mandato 1999-2003) y luego en Secopsa y Laterne (mandato 2003-2007), empresas que trabajaban para el ayuntamiento o para el PP. No obstante, en el año 2010 volvió al consistorio también como asesor de Grau, cargo en el que permaneció hasta la derrota popular.

Para entonces, sin embargo, ya había tenido alguna incidencia dentro del grupo. Al parecer, a finales de la legislatura tuvo una fuerte bronca con su mentor y fue con la dimisión de éste por el caso Nóos, en marzo de 2015, cuando quedó definitivamente desamparado dentro del grupo popular, en el que, de hecho, ya no continuó una vez perdidas las elecciones.

En esas condiciones „enfrentado con Grau y con el partido„ se desencadenó la Operación Taula, en la que están directamente implicada la esposa de éste, María José Alcón, y luego el grupo municipal del PP al completo (50 personas), acusadas todas ellas de un presunto blanqueo de capitales por entregar 1.000 euros para la campaña electoral de 2015 y luego recuperarlos en dos billetes de 500.

Además, ni él ni sus compañeros de gabinete „los otros tres asesores„ habían participado en aquella operación, lo que significa que era la oportunidad perfecta para pasar facturas. De hecho, cuando la Guardia Civil citó a finales de enero de 2016 a los cincuenta dirigentes del PP de Valencia, él formó parte de esos interrogatorios y se convirtió, junto con los otros tres asesores, en el principal testigo de cargo contra sus excompañeros. Suficiente para que el juez abriera una pieza separada y confirmara la imputación de los cincuenta.

Su acusación, además, alcanzó dimensión mediática cuando el pasado 10 de mayo declaró en la Comisión de Investigación de la Operación Taula abierta en el Ayuntamiento de Valencia. Allí confirmó, con luz y taquígrafos, todas sus acusaciones.

A partir de ahí se hizo el silencio y solo volvió a hablarse de Jesús Gordillo, a nivel de redes sociales, cuando se conoció la decisión del juez de ampliar la investigación a las elecciones municipales de 2007 por las aportaciones irregulares de la empresa Laterne. La documentación que sustenta esa acusación llegó al juez a través de un periódico digital al que alguien se la había hecho llegar. Y Gordillo, como alguna otra asesora ahora también acusadora, había trabajado en Laterne.

Lo último que se ha sabido de él es que está cerca de volver al ayuntamiento como empleado. El nuevo equipo de gobierno municipal ha abierto la bolsa de trabajo de economistas y él ha sido uno de los que ha ganado una plaza en la misma.