Cuando el tráfico de vehículos se detuvo definitivamente en la A-3, los viajeros se desviaron por la única autopista transitable, con peaje en las compañías telefónicas. En Twitter se encendió una almenara, que pudo ser esta: «Atrapados por la nieve. A-3 sentido Valencia. Desde Buñol a Chiva casi una hora. Ni rastro de quitaieves. Vergonzoso». Era un usuario, @dronsierra, el que lanzaba el aviso-denuncia acompañado de una foto. En ese momento, como un anochecer en Manhattan, miles de lucecitas centelleaban en la larga fila de coches inmóviles de la autovía.

En las catorce horas siguientes, a través de las redes sociales se canalizaron las llamadas de aviso a la Guardia Civil y a la UME, se reclamaba información sobre el estado del bloqueo e incluso se intercambiaban referencias sobre vehículos de familiares que debían de estar en algún punto de la cola y sin acceso a Twitter: extraviados por partida doble.

El flujo informativo comenzó a organizarse a través del hashtag #AtrapadosA3 y se consagraron incluso cronistas oficiosos de la intemperie. Uno de ellos era el citado @dronsierra. Otro fue el valenciano José Vicente Colomer, @jvcolomer, detenido cerca de Buñol y que enlazaba tuits como este: «En la radio dicen que han movilizado UME, Cruz Roja, voluntarios. Aquí no viene nadie, ni pan ni agua, ni mantas, ni nada». Eran cerca de las dos de la noche. En su hilo se combinaban los ánimos con las peticiones de periodistas para recoger su testimonio; por la mañana daría su versión a este mismo periódico, íntegra en la web.

Fotos como las que se observan sobre estas líneas y vídeos en los que se muestra, sobre todo, el temporal o el trabajo de las unidades de emergencia construyeron el relato de la noche, en el que también participaron las instituciones. El delegado de gobierno en la C. Valenciana, Juan Carlos Moragues, avisaba antes de medianoche: «Se activa la Unidad Militar de Emergencias ante el corte de tráfico de la A3. Objetivo: abrir paso y repartir mantas y comida».

Ahí inició el delegado un serial de mensajes que se prolongó hasta las seis de la madrugada y levantó su propio muro de réplicas: «Les estaremos esperando con ganas. Ya nos hemos hecho a la idea de que vamos a dormir en coche. Gracias por la información», decía @jaicalba; «llevamos nueve horas retenidos cerca de Buñol y todavía no ha aparecido nadie? (casi a las 2)», protestaba @alex_sienna.

La cuenta de la UME, una de las más repicadas durante la noche, aconsejaba, a eso de las seis de la mañana: «Si estás atrapado en vehículo por nieve permanece en su interior, arrancado y la calefacción puesta. Comprueba que el tubo de escape esté libre». Y a las pocas horas empezaban a restallar los primeros mensajes de vuelta a la circulación, archivando el particular álbum de la noche más larga de este invierno.