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Plan de Igualdad

Ellas cuidan y ellos hacen obra pública

Las mujeres copan en la Generalitat los puestos relacionados con atención sociosanitaria, enfermería, cocina y limpieza, mientras son minoría en los relacionados con obra civil

La Administración de la Generalitat, en la que trabajan más de 15.000 personas, de las cuales dos tercios son mujeres, no escapa a los estereotipos de género en materia laboral. No hay trabajos adecuados para los hombres ni puestos más idóneos para las mujeres o al menos así lo exigen quienes pelean por una sociedad donde nacer hembra o varón no predetermine el desarrollo personal y profesional de las personas. No es esa, sin embargo, la realidad que refleja la función pública valenciana, un ámbito donde, como en tantos otros, se reproducen los roles de género, aquellos que vinculan la imagen de la mujer con trabajos asistenciales y de cuidado a los demás, y la de los hombres con la tecnología y la ciencia.

Esta situación queda meridianamente clara en la radiografía realizada por la comisión de Igualdad de la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas y que se ha plasmado en el nuevo plan de igualdad de oportunidades, un documento que tiene como objetivo «corregir las desigualdades de género y eliminar las barreras que obstaculizan el avance en la consecución de la igualdad de oportunidades real y efectiva entre los hombres y las mujeres».

Tal como avanzó Levante-EMV, el citado plan cuyo borrador ya ha sido remitido a las distintas conselleries, incluye novedades tales como eliminación de las medidas de discriminación positiva a favor de los hombres cuando, en caso de empate entre aspirantes, la plaza convocada pertenezca a un cuerpo donde el sexo femenino está sobrerepresentado. Las acciones positivas para hombres o mujeres de cara a buscar la paridad en los sectores de trabajo estaban contempladas en el plan de igualdad elaborado bajo mandato popular tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento de Valencia. El gobierno municipal tripartito primó hace unos días a los hombres en una bolsa de trabajo, una decisión que abrió el debate en el ámbito del feminismo.

Los gestores del cap i casal, sin embargo, han abierto un periodo de reflexión y se plantean seguir los pasos del Consell al compartir que probablemente este no sea el camino para acabar con la feminización de ciertos trabajos.

En plena controversia, el nuevo plan de igualdad dibuja con claridad el mapa del trabajo en la Generalitat, un mapa donde los estereotipos de género campan a sus anchas. Prácticamente, en todos los análisis hechos, sea cual sea la variable escogida, la conclusión es común ya que la Generalitat reproduce la división sexual del trabajo que se da en la sociedad.

Así, la distribución del personal por conselleries y organismos y por sexo muestra que las mujeres son mayoría (hasta un 75%) en aquellos departamentos relacionados con Igualdad, Educación o Sanidad. El porcentaje baja en otros órganos relacionados con la agricultura, las obras públicas o las tecnologías. Para las expertas que conforman la comisión la conclusión es clara: esta situación se corresponde con los estereotipos de género y con la división sexual del trabajo existente en la sociedad y que marca las preferencias de las mujeres a la hora de escoger los estudios y el destino.

La diferencia se mantiene cuando el foco se pone en otros ítems. Así ocurre cuando se observa la distribución de hombres y mujeres en los grupos de titulación. En los de más nivel (A1) las preferencias están menos marcadas que en el nivel inferior (A2), ya que ahí siguen siendo mayoría en puestos relacionados con asistencia social y sanidad y menos con plazas relacionadas con obras públicas (solo el 3,4%). Las diferencias se acusan aún más en la titulación (C1) donde las mujeres son mayoría en educación infantil, integración social, servicios sanitarios, secretarias de dirección, entre otras, y minoría en agente medio ambiental (16% frente 83%) o en las plazas de operador de sistemas informáticos. En el nivel C ellas copan los puestos de auxiliar de gestión, enfermería o cocinera mientras que son minoría en vigilancia de obras públicas.

El comité de igualdad apunta que además de los estereotipos de género que marcan la elección, existen otros factores que pueden determinar esta división sexual. Así, se apunta al hecho de la disponibilidad y movilidad derivadas del rol de encargadas de los cuidados o la inseguridad por sentirse más vulnerables en puestos que comportan aislamiento delante de posibles agresiones sufridas por razón de su sexo.

El plan de igualdad revisa también la distribución por sexos fijándose en los diferentes cuerpos de la Generalitat. Y, la conclusión, vuelve a ser la misma: mayor presencia de féminas en educación infantil, auxiliar de enfermería, ayudante de residencias, acción social; y minoría en cuerpos como los agentes medioambientales. Los ejemplos con cifras son evidentes: 213 hombres frente a 73 mujeres en agentes medioambientales; mientras que de los 84 conductores de la Generalitat, sólo 4 son mujeres. Los puestos de ayudante de residencia hablan de 356 mujeres frente a 44 hombres o los de ayudantes de limpieza refieren 247 féminas frente a 12 varones.

Mayoría para asistir altos cargos En un terreno laboral donde escalar posiciones depende muchas veces (no siempre) de meritos objetivables y donde además las mujeres son numéricamente superiores, la paridad es posible en los puestos de jefatura, si bien tampoco aquí la Generalitat logra desembarazarse del todo de los estereotipos de género. Existe equilibrio en las secretarías generales, subdirecciones, jefaturas de servicio o de sección, pero los porcentajes se desequilibran en los puestos de secretarias de altos cargos. El 87% son mujeres.

Como ya lo hizo el informe violeta sobre la función pública, el plan señala la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, de tal manera que el colectivo de féminas cobra un 14% menos de media que los hombres. En cifras redondas: una diferencia de 308 euros a favor de ellos.

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