El alcalde de Tavernes de la Valldigna y diputado en las Corts por Compromís, Jordi Juan, se desplazó ayer hasta la ciudad de Valencia con el coche oficial adscrito a la Policía Local y que ha estado en el centro de la polémica en diversas ocasiones porque el PP local ha puesto en duda el uso que Juan hace de dicho vehículo y del funcionario que lo conduce.

Además, Juan fue llevado por un agente de paisano, un funcionario municipal, que condujo hasta la capital.

Sucedió tras la visita que la vicepresidenta de la Diputación de Valencia, Maria Josep Amigó, realizó ayer a la playa de Tavernes para comprobar los daños que el temporal ha producido en la zona de la Goleta del litoral vallero.

Se da la circunstancia de que precisamente ayer se celebraba en las Corts el pleno en el que se votaba la nueva ley de función social de la vivienda, un acto que se enmarca en la actividad parlamentaria de Juan y que nada tiene que ver con su condición de alcalde.

Preguntado por este periódico, explicó que utilizó el coche porque «necesitaba llegar rápido a Valencia», ya que, según dijo, tenía concertada una reunión con un abogado sobre la liquidación del contrato de la piscina y «posteriormente tenía el pleno de las Corts».

El munícipe indicó que «la visita de Amigó me fue informada de hoy para mañana y lo que no iba a hacer era irme a Valencia y no estar para recibirla». Juan insistió en que «no utilizo normalmente el coche oficial para ir al pleno de las Corts» pero que, en el caso de ayer, «he tenido acumulación de trabajo y necesitaba irme rápido». Juan tachó de «surrealista» que «se me tenga en cuenta que utilice el coche de forma puntual».

Este vehículo lleva causándole quebraderos de cabeza al alcalde de Tavernes desde que lo adquirió hace unos dos años. Aunque se compró para la Policía Local, la oposición le acusa de utilizarlo para ir de Tavernes a Valencia para atender asuntos propios o de las Corts y de utilizar para ello a un funcionario municipal, en este caso un agente de la policía. Además, este fue el mismo coche en el que el propio alcalde fue multado cuando regresaba del polémico viaje a Burgos del pasado verano.