El subdirector de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), Pedro Lekuona, admitió ayer ante el juzgado que investiga el accidente del metro que sólo después del accidente de Angrois (en Santiago de Compostela) «se valoró proteger con balizas las reducciones significativas de velocidad» en un trayecto ferroviario.

Un total de 124 personas tuvieron que morir a en sendas curvas (43 personas en el accidente del metro de Valencia en 2006 y otras 81 en la supuesta línea de alta velocidad entre Ourense y Santiago en 2013) para que estos «cambios bruscos de velocidad» se protegieran con medios técnicos y la seguridad no quedara únicamente en manos de los maquinistas.

Lekuona compareció ayer en el Juzgado de Instrucción 21 de Valencia para ratificar el informe aportado a la causa del metro en el que, en líneas generales, avala las medidas de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) en la Línea 1. «Cada empresa aprobaba sus normas». Según Lekuona, quien admite que no es experto en suburbanos y no ha analizado otras líneas de metro para comparar, FGV no estaba obligada a instalar una baliza en la curva donde se produjo el accidente del 3 de julio, porque ninguna norma le obligaba.

El cambio de las ventanas

Sobre el cambio en las ventanas del tren (que cayeron y agravaron el número de víctimas) el ingeniero defiende en su informe que hubiera sido deseable que FGV comunicara al fabricante de trenes (CAF) la modificación de los ventanales. Ayer rebajó esta valoración a que «no lo consideraba un cambio esencial», aunque no supo contestar por qué los cristales del tren se enrollaron como persianas.

El perito también se declaró «no capacitado» para valorar si el tramo donde se produjo el accidente era peligroso porque FGV debería haber realizado una auditoría de riesgos (que no hizo) que también debería haber analizado los excesos de velocidad. Pero como éstos últimos no se consideraban un riesgo (a pesar de que la investigación ha constatado 19 previos al siniestro) las cajas negras de los trenes no se examinaban ni se adoptaban medidas.