¿Contento? «Uno nunca puede estar satisfecho de una decisión complicada». Es la primera reacción del expresidente de la Generalitat Alberto Fabra tras la lectura de la sentencia que avala su decisión de cerrar RTVV en 2013 y despedir a sus 1.600 trabajadores.

«La sentencia pone de manifiesto la actitud de cada uno, que no teníamos muchas salidas, que había que racionalizar y no nos dejaron», ha afirmado a Levante-EMV esta mañana.

La referencia de Fabra va hacia los sindicatos y los partidos entonces en la oposición, que hoy están al frente de la Generalitat. Considera que si el proyecto de remodelación de RTVV que planteó, con un primer ERE que afectó a mil empleados, hubiera tenido el respaldo de los otros partidos y las fuerzas sindicales no se habría cerrado y «hoy habría una televisión más reducida y menos cara, viable».

La orden de cierre se produjo después de que el Tribunal Superior de Justicia de la C. Valenciana eclarara nulo ese ERE y ordenara la readmisión de los despedidos.

«Es curioso que los que se oponían entonces [los socios del Govern del Botànic] propongan ahora un modelo de televisión con menos gente. Es el mundo al revés», ha afirmado.

La sentencia, en este sentido, evidencia en opinión de Fabra que «no todo vale en política». Que había «razones más que suficientes» para el cierre, dada la plantilla «sobredimensionada» y la «inviabilidad» económica. «Creo que se utilizó por los sindicatos y la oposición para ir contra el gobierno de entonces y aquello desembocó en la necesidad del cierre y la situación traumática de estos años», ha señalado