La nieve alivió el dolor de la Granadella. Restañó por unas horas la herida inmensa que provocó el incendio que a principios de septiembre arrasó 812 hectáreas en Xàbia y el Poble Nou de Benitatxell, de las que 588 pertenecen a este paraje litoral, uno de los últimos tramos vírgenes del litoral valenciano. La nevada histórica del pasado 18 de enero en la Marina Alta hizo en el suelo carbonizado el mismo efecto que aplicar agua fría en una quemadura en la piel. Fue una nevada medicinal.

«Las lluvias de diciembre y la nevada han sido maravillosos para la regeneración de la Granadella», afirma el biólogo municipal de Xàbia, Ignasi Astor. «La nieve es muy saludable porque la humedad y los nutrientes infiltran en el suelo poco a poco», precisó.

El paraje ha esquivado esos episodios de precipitaciones torrenciales que, tras los incendios, arrastran la tierra y dejan los suelos reducidos a nada. En diciembre, llovió con ganas. Saltaron las alarmas cuando se formó un río de ceniza negra que desembocaba en la cala de la Granadella. «Revisamos incluso las zonas más críticas, las de mayor pendiente, y no se produjo una fuerte erosión. Además, cuando el mar taponó el barranco por el que bajaban las cenizas, pudimos recoger con excavadoras todo ese sedimento», indicó el biólogo.

Ese légamo de ceniza, semillas y tierra se utilizará como una especie de abono. Está cargado de nutrientes y acelerará la recuperación de la montaña calcinada.

La nevada ha sido, afirma este experto, una bendición. «Hemos comprobado que ahora el terreno está mejor, más compactado. Los suelos más rotos, en los que la tierra estaba suelta, se han consolidado», explicó Astor.

Tras el incendio de septiembre de 2015 en el Montgó (ardieron 444 hectáreas de la partida de la Plana, les Rotes y el cabo de Sant Antoni), la regeneración se topó con una pertinaz sequía. En la Granadella, es distinto. Ha cambiado el ciclo. Las precipitaciones, incluso en forma de nieve, hacen presagiar que ya para esta primavera el paisaje empezará a reverdecer con fuerza.

El biólogo municipal pronostica una explosión «espectacular» de plantas rebrotadoras en los próximos meses. El lentisco, el palmito y los madroños ya han empezado a salir. Apunta que las plantas germinadoras también asomarán, ya que el suelo está cargado de «humedad y nutrientes».

El paisaje de la Granadella ha experimentado en los últimos meses súbitas transformaciones. El incendio ennegreció este bello paraje del litoral valenciano. Las llamas llegaron hasta la cala. Con los meses, la montaña empezó a motearse de verde. El pasado 18 de enero, en otra transformación espectacular, la Granadella se tiñó de blanco. Y ahora reverdece poco a poco. La nieve le ha venido de fábula.