«Como en la Transición española. Hemos olvidado el pasado y hemos optado por lo más útil». La comparación la realizaba (en privado) un miembro de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) después de la votación que dio la presidencia a Ramon Ferrer durante cinco años más.

Era el segundo pleno para la elección de junta de gobierno y, después de las tres votaciones fallidas del primer día, ayer solo hizo falta una. Ferrer, que en la última consulta del pleno anterior, había perdido frente al otro aspirante, el hasta ahora vicepresidente Josep Palomero, ayer conseguía a la primera el mínimo para ser elegido: once votos de los veinte miembros actuales (permanece una vacante). Ni uno más, pero los suficientes. Palomero se quedaba en siete y se registraron dos votos en blanco.

Después de quince años, la AVL se ha alejado de ataduras políticas. Se vio en la primera renovación interna, realizada el año pasado, y ahora en la renovación de Ferrer.

El presidente entró en la entidad designado por el PP y con la etiqueta de proceder de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV), contraria a la unidad lingüística. Fue el elegido para suceder a Ascensió Figueres en 2011, cuando el PP aún ocupaba el Palau de la Generalitat. Y ahora ha sido renovado en el cargo, cuando socialistas y Compromís timonean el Consell y cuando se disputaba el puesto precisamente con un escritor muy cercano a Ximo Puig, el actual presidente de la Generalitat. Como dijo el académico Joan Francesc Mira ayer: «Ningú no som el que érem».

Ferrer, no obstante, goza de buena tarjeta de presentación en el Ejecutivo actual, que a diferencia del anterior mantiene un compromiso firme con la AVL.

La entidad ha acercado posiciones en los últimos tiempos con otras instituciones del ámbito lingüístico y esa fue una de las líneas de su programa que Ferrer destacó ayer. No olvidó citar los contactos con la RACV iniciados en los últimos meses. En el establecimiento de una relación normal con el Institut d'Estudis Catalans (IEC) -imposible hasta la fecha- debe jugar un papel clave el nuevo vicepresidente, Joan Rafael Ramos, director del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana.