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Infraestructuras

En limusina para defender el corredor

El exconseller Flores alquiló coches de lujo en un viaje a Bruselas de tres días con el expresidente Camps para defender la infraestructura

En limusina para defender el corredor

Se subieron a Ferraris para promocionar la Fórmula 1 y los vimos a bordo de pomposas embarcaciones para apoyar el evento de la Copa América. Pero en esta imagen con pies de barro del éxito político y económico que durante años se coló en el imaginario de la Comunitat Valenciana faltaba otro símbolo del lujo que la apertura de las cajas fijas de las conselleries ha acabado sacando a la luz: el transporte en limusinas. De esta imagen no hay prueba gráfica, pero sí constancia en forma de una factura que supone un suma y sigue en el tren de vida del Consell de Francisco Camps. Ocurrió en enero de 2011, en plena borrachera de poder, y también con la crisis económica ya encima, con motivo de un viaje a Bruselas para reclamar el corredor mediterráneo. El entonces titular de Infraestructuras y Transporte, Mario Flores, contrató un servicio de limusinas para garantizarse el desplazamiento los dias 10, 11 y 12 del citado enero de 2011.

El capricho costó 2.392 euros, según en la justificación del gasto que hizo el entonces subsecretario, según la cual el vehículo de lujo se alquiló «para el desplazamiento en el viaje oficial a Bruselas del conseller de Infraestructuras acompañando al presidente y una delegación de empresarios». El objetivo era defender ante el comisario de Transportes de la UE el corredor mediterráneo. Y para ello, el conseller prefirió moverse en Bruselas en un coche de lujo. La factura de la empresa ABL limousines permite conocer el detalle del disfrute del vehículo con servicio driver lunch incluido.

Así, el primer día el alquiler durante dos horas costó 120 euros, precio al que se le suma el parking (5 euros) y 4 euros por el uso de la ´nevera´. El segundo día se contrataron dos limusinas: una para doce horas con un gasto de 765 euros y 25 euros del almuerzo; y otra durante siete horas por 465 euros y 15 euros de comida. El último día también se contrataron dos coches: uno estuvo disponible 11 horas con un coste de 690 euros; y otro, ocho horas y costó 510 euros. En el servicio driver lunch el coste fue de 40 euros.

El uso de limusinas es uno de los gastos más llamativo de un departamento clave que lleva años lastrado por la falta de recursos. No es el único. Tal como viene contando este diario, Flores al igual que otros consellers de la época, no miraban el euro a la hora de pasar dietas. Los gastos de caja fija antaño opacos (son gastos que carece de fiscalización previa y que los altos cargos usan para pagar comidas y desplazamientos) muestran los dispendios de los viajes oficiales que, en la mayoría de los casos, se hacían en primera clase. Así, por ejemplo, Flores viajó a Brasil y se instaló en un hotel que costó 1.438 euros y en ese mismo periodo (enero a junio de 2011) a Abu Dhabi con un coste de 1.130 euros.

La relación de facturas da cuenta de la frecuencia con la que el conseller comía a cuenta del erario público. En seis meses por ejemplo, se registraron gastos 2.400 euros por 14 cenas en un mismo restaurante ubicado cerca de donde estaba antes la sede de la conselleria, en la Avenida Blasco Ibáñez. Supone un gasto medio por comida de 171 euros, pero hay comidas «de trabajo» por 725 euros.

El gasto habitual en comidas a cargo de la conselleria también continuó en la etapa posterior, ya con la actual presidenta del PPCV, Isabel Bonig, al frente. Ahora bien, el cómputo global de los gastos de la subsecretaría bajan respecto a la etapa Camps: 11.000 euros en comidas y cenas de trabajo de altos cargos durante el periodo 2011-2015. Con todo, una de las facturas más llamativa de la época Bonig tiene que ver también con el corredor: pagó 7.080 euros a la consultora Backspin por exponer en abril de 2012 un estudio sobre la implantación del ancho europeo. A esa misma firma se la había pagado ya 2.777 € por la creatividad de una reunión de altos cargos.

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